El Poder Económico Subversivo.    

Las crisis sociales, sacan a la superficie, la mezquindad, alevosía de la oligarquía.

Por: Ramiro Guerra Morales Abogado y cientista político.  

       

Los años pasan y la memoria trae a colación a Omar Torrijos. Él sabía lo que decía, cuando afirmó que, a estos grupos económicos, solo gustan y viven del sonido de sus cajas registradoras de dinero. La perfidia que orilla en la maldad, ha quedado al desnudo. El gobierno nacional, como consecuencia de protestas sociales, ha adoptado algunas medidas temporales y tibias con relación a control y rebaja de precios, concerniente a alimentos y medicinas y estos carcamales, han salido a hacer terrorismo económico.

Se declaran subversivos y amenazan con no cumplir las normativas que al respecto ha emitido el ejecutivo. Estamos viendo intencionalmente impulsar grados de desabastecimiento de productos importantes de la ingesta de los panameños.

Todas estas acciones tipifican tipos penales en nuestro código penal. La pregunta, en esta ocasión será tan diligente el ministerio público, de abrir o mejor dictar apertura de sumario, para investigar tales graves delitos.

Antes de que iniciara la coyuntura de masa, de presión para lograr o mediatizar los implacables precios de bienes y servicios, estos señores del poder económico, se sentían cómodos con el status quo. Todo estaba bien, a pesar de que el pueblo implacablemente castigado.

La crisis también ha sacado a la superficie, los factores reales que distorsionan la concreción de un modelo económico democrático. Los oligopolios, transnacionales que usufrutuan de nuestros recursos, pero que, creen que nuestro país es su santuario para hacer lo que les venga en gana. Actúan y se sienten con el suficiente poder de poner de rodillas al poder político. Igual ha puesto en evidencia el desgaste de nuestra estructura institucional que, deviene frágil, para hacer valer los intereses nacionales y los de las mayorías.

Soy crítico del gobierno, pero afirmo, que esto de control y liberación de precios, ni atenta contra la economía y menos el orden constitucional; voy más lejos, al gobierno le ha faltado voluntad para medidas y soluciones más profunda. Las medidas solo tienen un alcance temporal y limitado, como en el caso de los medicamentos. En el mercado nacional, están a la venta miles de medicamentos. Esos 172 puede que represente el 10 por ciento. Además, estas farmacias se valen de todo tipo de triquiñuelas para evadir que, ese descuento del 30 por ciento, no lo afecte en sus márgenes groseros de ganancias.

Hay un despertar social que, da cuenta que, el reino de las necesidades, en su interior, no es incólume y como decía Omar Torrijos, no hay mal que dure para siempre.

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