Victoriano Rodríguez Santos
Palabras sabias del general Omar Torrijos cuando decía «díganme lo malo que lo bueno ya lo sé«.
Hombres como ese jamás son igualados, quizás imitados, pero quienes le siguen en el poder son limitados.
Mama Juana medita y les dice: así como nadie es propietario ni dueño de la verdad, tampoco del conocimiento, es ahí donde entra la capacidad de discernir, comprender y el ser humilde.
Pablo Pueblo, rompe el silencio y les dice: todo parece indicar que el lema de este gobierno es apláudame lo que hago porque el que protesta le mandamos palo, gases lacrimógenos, arresto, judicialización y presidió. Meter miedo para causar terror.
Eso es peligroso, riposta Mama Juana, peor de un gobierno que se dice democrático. Mucho más peligroso porque cuando hay aristas de que no quieren conversar con la población que protesta ya es intransigencia.
Gobierno que menosprecia a los periodistas que cobardemente callan, cuando se están aplicando normas o ejerciendo mecanismos impropios, haciendo acciones con aristas de ilegalidad, inconsultas y que perjudican a la población en general, algo les está faltando.
Esta situación puede traer consecuencias que nadie quisiera, alega el Hijo de Juana. Ya se vivió en Bocas Del Toro, donde, la policía dejó tuertos, ciegos y hasta muertos, igual en Chiriquí.
Mientras Mama Juana con su santa paciencia les dice: los mecanismos de negociación siempre deben estar abiertos de tal forma que las personas puedan comunicarse, conversar y exponer sus ideas libre y democráticamente.
Al parecer, en Panamá, es un pecado mortal protestar y lo está imponiendo en este gobierno a través de la policía y el Sistema Penal Acusatorio o jueces de Paz, donde es aplicada la injusticia como mecanismo de terror.
Pablo Pueblo pensativo indica: corren fuentes rumores que muchos policías no están de acuerdo en actuar contra la población que protesta, pero son empujados a hacerlo bajo niveles de presión y amenazas, para que provoquen y actúen contra la población, lastimándola.
Mama Juana hace un señalamiento importante y les dice: señores policías de todos los rangos, recuerden que no existe en la Constitución ni las leyes panameñas la «debida obediencia”, ustedes son responsables de sus actos.
Es sumamente importante que el señor presidente José Raúl Mulino incluya un nivel de comunicación cordial y disminuya los ataques, soberbia y ofensas, a los medios de comunicación, a las organizaciones gremiales (SUNTRAC, ASOPROF, médicos, profesionales) y a la población en general.
El mensaje que está mandando Mulino es nefasto y más que demostrar humanismo y perseverancia del buen actuar de un dirigente, pareciera que nos está llevando a la destrucción de la economía del país, al presidio de la población que protesta y lucha por beneficios, con enfermedades, sin medicamentos ni buena educación, finalmente rastrera. Cuanto nos hace falta Omar Torrijos en estos momentos, se queja Mama Juana. Dios te salve, Panamá.
Economista, educador, humanista, escritor.
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