El día después de las elecciones

Juan Jované

 

Nueva realidad nuevas tareas

Los resultados de las elecciones generales muestran con claridad que la historia es el espacio del perpetuo cambio. Dados los resultados de la misma es importante captar la naturaleza de las transformaciones emergentes que ésta ha generado en la esfera política, terreno sobre el cual deberán actuar las fuerzas que buscan mover la realidad hacia un estilo de desarrollo nacional, con justica social, equidad de género, reconocimiento de las diferentes etnias y pleno respeto a la madre naturaleza.

Un gobierno pro empresa

Desde el punto de vista de la lucha social la nueva situación significa la presencia de un gobierno que, ya antes de tomar posesión, se ha declarado como “proinversión y proempresa”. Esto, desde luego significa que en el mismo priorizará atender los objetivos de los sectores económicamente dominantes tanto externos como locales.

El presidente electo, tanto en las declaraciones de campaña como en su discurso, en el que intentó sin mucho éxito suavizar su posición, ha señalado claramente que el país debe entender que el que manda es el gobierno, es decir el ejecutivo que él encabeza. No es casual, entonces que en su discurso del día de las elecciones él mismo señalar que respetaría a los otros órganos del Estado, pero que “le toca al Ejecutivo y así será, conducir los destinos de la nación panameña”.  Se trata de una forma de enfocar el problema que no logra ocultar un claro elemento de autoritarismo.

Esto no cambia con la intención manifestada por el presidente electo de hacer lo que llama un “gobierno de unidad nacional”. La pregunta es con quién y qué se entiende aquí por el interés nacional. En el discurso del día de su triunfo electoral el presidente electo dejó claro que se trata de una posible unidad con la partidocracia y los gremios representativos de los sectores dominantes: “el y los demás presidentes [de partidos políticos] y representantes de importantes gremios [obviamente empresariales] y asociaciones, serán convocados los primeros días de gobierno para sentar las bases de una unidad nacional”.

Se trata, sin lugar a dudas, de la conformación de un bloque de fuerza que intentaría restaurar planamente la hegemonía de los sectores económica y políticamente dominantes, la cual fue claramente cuestionada en octubre y diciembre del año pasado. A lo que aspira el presidente electo es a conducir esta restauración y profundización del estilo de desarrollo neoliberal, para lo cual se siente apto gracias a su mano dura.

La agenda de los sectores dominantes

A pocas horas de conocerse el resultado de las elecciones los sectores económicamente dominantes han hecho pública la agenda que según estos debería seguir el nuevo gobierno a corto plazo. Se trata de un proyecto que pretende resolver la actual crisis económica y política trasladando el costo al conjunto de la población. Es un ejercicio de lo que Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía 2001, llama el socialismo de los ricos: esto significa que los beneficios serán para los sectores económicamente dominantes y los costos para la población.

En un intento de aprovechar las condiciones del triunfo del próximo gobierno, se plantea que el mismo no debe permitir la presencia de una “luna de miel”, insistiendo en que se  debe actuar de inmediato en problemas como la reforma al sistema de pensiones y la situación del agua. También llama la atención el interés desesperado, que muestra el carácter lacayo de los sectores económicamente dominantes locales, de atender las recomendaciones de las calificadoras de riesgo. En este caso se debe recodar que las mismas apuntan hacia la reapertura de la mina de Donoso, la defenestración de la Ley de Moratoria Minera y el recorte drástico de los subsidios a la población, manteniendo los que benefician al sector privado.

Los peligros de la reforma de la CSS

Desde el punto de vista de la población se debe alertar que la propuesta de reforma del sistema de pensiones de la CSS diseñada por el Conep, representa costos sociales muy elevados para la población.

Tal como se presenta en la Visión 2050 de Conep la propuesta implica, en primer lugar, la llamada reforma paramétrica que incluye la elevación de la edad de jubilación, el aumento de los años de cotización, el incremento del costo de las cuotas y un cálculo reducido del monto de las nuevas pensiones. A esto se agrega introducir un sistema puro de cuentas individuales administradas por la empres privada, que significaría enormes ganancias para las mismas y pensiones de miseria para los más jóvenes.

Frente a esto la población más consciente deberá entender que tampoco está en su interés el otorgar una “luna de miel” al nuevo gobierno, la que aprovecharía para llevar adelante la agenda de los sectores económicamente dominantes. Es el momento de hacer avanzar el proyecto de defensa del modelo solidario de seguridad social, recogido, entre otros lugares, en el documento oficial de la Universidad de Panamá titulado “Seguridad Social y Sistema de Pensiones en Panamá: Crisis y Alternativas Sociales” (2021). Esto implica pasar de inmediato a un estado de movilización de amplios sectores de la población.

La emergencia de la juventud

Uno de los rasgos de la nueva realidad que quedaron demostrados en los resultados de las elecciones es la emergencia del papel de la juventud, sobre todo de los sectores medios, como factor clave en la política nacional. Esto no solo se reflejó en la lucha contra la minería a cielo abierto, sino en el importante número de cargos que ganaron los candidatos por la libre postulación.

Este bloque, tendrá que demostrar su real naturaleza en las luchas que seguirán luego de la toma de posesión del nuevo gobierno. Es de esperarse que este nuevo bloque juvenil se reactive y realice una importante lucha para defender la idea de un Panamá libre de minería.

Sin embargo, una prueba importante se presentará dado que es posible que, de acuerdo a la agenda de los sectores dominantes, el tema de la seguridad social sea abordado antes que el intento de la restauración del estilo de crecimiento extractivista minero. En esta situación el nuevo sujeto que aquí comentamos, tendrá que escoger entre participar con su nuevo peso en la lucha por la solidaridad o quedarse al margen de la misma.

Si se decanta por la defensa activa del modelo solidario de seguridad social, se estaría integrando a un amplio bloque social que podría enfrentar con éxito la embestida que intentar constituir un régimen de pensiones basado en el individualismo y la privatización que, como lo demuestra la experiencia internacional, significa pensiones de miseria para  las nuevas generaciones. En este caso se necesitará un especial esfuerzo por enfrentar la falsa narrativa de los sectores dominantes, que intenta convencer a los jóvenes de que apoyen su nefasto proyecto

Se trata de un camino que podrá mantener y fortalecer una amplia voluntad ciudadana para enfrentar los intentos de reabrir la mina de Donoso y eliminar la Ley de Moratoria Minera. Si el nuevo sujeto juvenil y los sectores ambientalista se abstienen de participar en la lucha por el seguro social solidario, estarían debilitando de manera muy significativa esta posibilidad, ya que una parte de las fuerzas estarían derrotadas y relativamente dispersas luego de los enfrentamientos vinculados con el enfrentamiento por el sistema solidario de pensiones.

Unir objetivos para ganar fuerzas

Existe, a nuestro juicio, la posibilidad de unir los sectores juveniles, los sectores de la lucha social, sobre todo los que no se comprometieron con una vaga ilusión electoral que naufragó, los sectores ambientalistas y a todos los ciudadanos patriotas en la búsqueda de un verdadero desarrollo nacional que atienda los problemas de la población y asegure el pleno respeto de la Madre Tierra. Ese es a final de cuentas nuestra obligada tarea.

Panamá 6 de mayo de 2024

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