Cuando el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, hace unos meses atrás, precisamente cuando Donald Trump arreció la campaña intimidatoria de amenazas acerca de la toma y apropiación del Canal de Panamá a la fuerza, lejos de convocar a una gran unidad nacional y a generar una campaña de solidaridad con Panamá, optó por negociaciones secretas y por despreciar la solidaridad internacional y resolver, según sus palabras, sin compañía y de forma bilateral el conflicto que se generaba.
El camino escogido por Mulino, terminó en un Memorando de entendimiento que le concede a EE.UU. una serie de beneficios como, sitios y presencia militar norteamericana en el Canal y otros sitios, entre ellos una Base Naval en Rothman en la entrada del pacífico, Sherman a la entrada en el Atlántico y la base aérea de Howard, además de la base concedida en Metetí, Darién que, antes fue parte del Servicio Aeronaval, y además, la exoneración de peajes, adicionalmente, la prioridad en el tránsito de las naves militares del Ejército Norteamericano que, son contrarios al artículo 305 de la Constitución Política del país y al Tratado de Neutralidad del Canal de Panamá que en su artículo V dice taxativamente: “Después de la terminación del Tratado del Canal de Panamá, sólo la República de Panamá manejará el Canal y mantendrá fuerzas militares, sitios de defensa e instalaciones militares dentro su territorio nacional”.
Esta concesión ilegal otorgada a los EE.UU. hace solo unos días atrás, que no es otra cosa que una clara cesión de nuestra soberanía, lo cual hace al gobierno como no solo violador de la Constitución, el Tratado de neutralidad sino, que termina exponiendo el canal a un control militar por parte de otro estado que, no es Panamá, y en le caso de Estados Unidos, convierte el Canal en un objetivo militar de represalia, por parte de las otras potencias que mantienen diferencia con USA, de las que Panamá en el artículo 315 de nuestra Constitución, que declara la neutralidad del canal en todo tiempo, pretendió zafarse.
Sin embargo, al gobierno nacional mostrar cobardía durante todo este tiempo, en el día de ayer, nuevamente el presidente Donald Trump, insatisfecho con la entrega de nuestra soberanía por parte del entreguista gobierno de Mulino, ha expresado ahora lo siguiente:
«A los barcos estadounidenses, tanto militares como comerciales, se les debería permitir viajar gratuitamente» por la vía fluvial, exigió el inquilino de la Casa Blanca. Es decir, que la república de Panamá, debe subvencionar a los EE.UU. libre de costo, todo el transporte naval, lo cual quebraría de hecho a la empresa del Canal de Panamá que pertenece al pueblo panameño.
El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, intentó ayer sábado de sostener una narrativa de defesa de la soberanía nacional sobre el canal de Panamá, en respuesta a las recientes declaraciones del presidente estadounidense, Donald Trump, quien demandó que las naves de EE.UU. deben quedar exentas de pagos cuando atraviesen la vía fluvial pero, es el caso que, quien ha dado alegremente concesiones a quien no conoce de respeto a nuestra dignidad nacional, ahora el presidente panameño no tiene moral para levantar ninguna bandera de dignidad después que ha violado la constitución, el tratado de neutralidad y ha otorgado la primogenitura de la nación entregando nuestra integridad territorial y dignidad nacional.
Los medios de prensa internacionales dan cuenta de que, el inquilino de la Casa Blanca argumentó que; «esos canales no existirían sin Estados Unidos» se refería al Canal de Suez y el Canal de Panamá. «Le he pedido al secretario de Estado, Marco Rubio, que se ocupe inmediatamente de esta situación y la inmortalice», señaló.
Trump ha declarado en reiteradas ocasiones que Estados Unidos debe hacerse de nuevo con el control del canal de Panamá, debido a la excesiva influencia de China en el paso marítimo (misma que constituye una gran mentira), donde, según el mandatario, se ha violentado el principio de neutralidad consagrado en los Tratados Torrijos-Carter. Los únicos que efectivamente han violado el Tratado de Neutralidad y nuestra Constitución Política son los Estados Unidos de Norteamérica.
Ahora el país está enfrentado al dilema de ser o no ser un estado soberano y el gobierno que ha firmado el memorando de entendimiento, ahora se percata que el chantaje se alimenta de la cobardía y Mulino, lejos de resolver un problema, nos ha retrotraído a 121 años atrás, donde un extranjero comprometió nuestra soberanía que luego se plasmó en el artículo 3 de la constitución de 1904, porque la oligarquía nunca ha tenido empatía, como la tiene el pueblo con su soberanía.
Fue echada por tierra toda la acumulación de la lucha popular por nuestra soberanía y de un tajo ahora tenemos que enfrentar las fauces de una fiera que engrandecida por la cobardía de nuestro gobierno, ahora exige la disminución extrema de nuestra gente, hasta convertirnos en esclavos y la total transferencia de nuestros bienes a los suyos.
Afortunadamente, estos golpes a nuestra dignidad nacional, ha servido para despertar el espíritu patriótico que con la ayuda de nuestro Señor, a pesar de nuestra debilidad, sobrevendrá la Gracia Divina que estará con nosotros y podremos vencer a los que quieren desaparecernos para apropiarse de nuestros despojos.