¿Viraje histórico a la izquierda o continuidad conservadora? Colombia define su futuro en unas tensas elecciones presidenciales cuyo resultado impactará positiva o negativamente a Panamá.
El próximo domingo, 38,8 millones de colombianos están convocados a elegir presidente y vicepresidente en unos comicios liderados por primera vez y de manera contundente por la izquierda, pero que también están marcados por la tensión. En las últimas semanas, los principales candidatos tuvieron que reforzar su seguridad ante las amenazas recibidas en un país acosado por la violencia.
La carrera está liderada por dos de las ocho fórmulas registradas y que representan claros opuestos ideológicos: Gustavo Petro y Francia Márquez, de la coalición de izquierda Pacto Histórico, y Federico Gutiérrez y Rodrigo Lara Sánchez, de la alianza de derecha Equipo por Colombia.
Para ganar ese día es necesario obtener por lo menos el 50 % más uno de los votos. De lo contrario, los dos primeros lugares se enfrentarán en una segunda vuelta prevista para el 19 de junio. Quien salga victorioso asumirá el 7 de agosto, gobernará durante el periodo 2022-2026 y se convertirá en el sucesor de Iván Duque, el presidente que dejará el cargo envuelto en una grave debacle de popularidad.
Los comicios comenzaron formalmente la víspera, luego de que la Registraduría Nacional declarara la apertura de las urnas en el exterior, lo que permitirá que voten cerca de medio millón de colombianos que viven en el extranjero. Además, durante el fin de semana los candidatos llevaron a cabo el cierre de sus campañas.
La jornada del próximo domingo está antecedida por los cómicos legislativos realizadas el pasado 13 de marzo, en las que, además, tres coaliciones realizaron sus elecciones internas de candidaturas presidenciales.
Los resultados demostraron los vientos de cambio que recorren el país, ya que Petro se consolidó como el candidato más votado y el Pacto Histórico se posicionó como la principal fuerza de un Congreso fragmentado, al obtener 16 de 102 curules en el Senado y 27 de 188 en la Cámara de Representantes.
Desde entonces Petro jamás dejó de encabezar las encuestas, pero todavía falta la prueba definitiva de las urnas.
Por izquierda
Petro, un economista de 62 años, fue guerrillero del Movimiento 19 de Abril, mejor conocido como M-19, lo que le valió detención y torturas en los años 80. Después de su liberación participó en el proceso de paz convocado por el expresidente Virgilio Barco (1986-1990) y continuó de lleno su carrera política.
En 2010 se postuló por primera vez a la presidencia y, aunque quedó en cuarto lugar, la campaña le ayudó a afianzar su popularidad. Gracias a ello, dos años más tarde ganó la alcaldía de Bogotá, que se caracterizó por inéditas políticas progresistas y por una serie de controversias que incluso lo llevaron a una destitución del cargo que duró 35 días, y que después fue anulada.
Petro se presentó a su segunda candidatura presidencial en 2018, pero perdió en segunda vuelta ante Iván Duque. El domingo, al igual que ocurrió con Andrés Manuel López Obrador en México, espera que la tercera sea la vencida y que por fin pueda llegar al Palacio de Nariño.
En ese camino ha sido crucial la aceptación de Francia Márquez como su compañera a la vicepresidencia, ya que la líder ambientalista se convirtió en la gran sorpresa de las elecciones internas del pasado 13 de marzo, al obtener la tercera votación más abultada después de Petro y de Gutiérrez.
La abogada de 39 años es la primera afrocolombiana que compite por un cargo político de esta magnitud, lo que ha puesto a debate el racismo endémico en Colombia, y con una visión feminista acorde con la revolución que las mujeres protagonizan a nivel mundial, pero que en su país era impensable hasta hace poco debido a su tradición como uno de los países más conservadores de América Latina.
Ahora, la duda es si ambos podrán capitalizar el descontento social que deja Duque y que ya tuvo dos claras muestras en las protestas sociales de 2019 y 2021, que demostraron el hartazgo de gran parte de los colombianos con las políticas neoliberales y que quedaron envueltas en denuncias por violaciones a los derechos humanos que minaron al Gobierno.
La campaña de Petro, que lleva el lema «cambio por la vida», ha quedado marcada por las imágenes de guardias con chalecos y escudos antibalas que rodearon al candidato en los escenarios, debido a que ya ha recibido amenazas de muerte que incluso lo han obligado a cancelar parte de sus actividades.
«De acuerdo con la labor realizada por el equipo de seguridad que recibió información de primera mano de fuentes en la zona, el grupo criminal La Cordillera estaría planeando atentar contra la vida del candidato presidencial Gustavo Petro«, denunció el Pacto Histórico en un comunicado que alteró el clima electoral en un país que arrastra un largo historial de violencia política.
Las amenazas también han sido reiteradas en contra de su compañera de fórmula. El sábado, durante el cierre de campaña, las alarmas se encendieron cuando fue apuntada con una luz láser a Márquez, por lo que fue protegida de inmediato por sus escoltas.
Por derecha
Federico Gutiérrez, un ingeniero civil de 47 años conocido popularmente como «Fico», aspira a empujar a Petro a una segunda vuelta y ganarle, lo que coronaría una trayectoria política que ya tuvo uno de sus puntos culminantes en 2015, cuando se convirtió en alcalde de Medellín, cargo en el que permaneció hasta 2020.
Ya desde entonces parte de su estrategia se basó en confrontar de manera directa a Petro como una forma de polarizar con él y diferenciarse de la izquierda. Le sirvió, porque en las primarias del 13 de marzo ganó la interna de la coalición y se erigió en el segundo candidato más votado después del abanderado de la izquierda.
Es, también, el candidato del oficialismo, aunque dada la escasa popularidad de Duque, el apoyo del Gobierno puede convertirse en un búmeran. A sabiendas de que la valoración de la derecha se ha debilitado ante la opinión pública, «Fico» incluso ha moderado su discurso para tratar de mostrarse como un líder de centro.
Para apuntalar su campaña, Gutiérrez armó binomio con su candidato a vicepresidente, Rodrigo Lara Sánchez, exalcalde de Neiva e hijo de Rodrigo Lara Bonilla, el exministro de Justicia que en 1984 fue asesinado por órdenes del fallecido líder del Cártel de Medellín, Pablo Escobar.
En un principio se pensó que esta definición impactaría en el escenario electoral, porque en 2018 el apoyo de los liberales fue uno de los factores decisivos para que Duque triunfara en la segunda vuelta frente a Petro, pero las encuestas no se modificaron de manera sustancial.
Al igual que su rival, «Fico» denunció anomalías que lo obligaron a reforzar su seguridad, ya que la semana pasada se confirmó el hallazgo de dispositivos electrónicos ocultos en la sede de campaña que podrían haberse usado para espiarlo.
Más candidaturas
Además de Petro y Gutiérrez, hay otras seis fórmulas presidenciales de dirigentes que lograron su registro como candidatos.
También está Sergio Fajardo, un matemático de 65 años, exalcalde de Medellín y exgobernador de Antioquía, que compite al amparo de la coalición centroizquierdista Centro Esperanzas. Su compañero a la vicepresidencia es el exgobernador del Chocó, Gilberto Murillo.
La única mujer candidata es Ingrid Betancourt, la exsenadora que estuvo secuestrada durante más de seis años por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), justo cuando encabezaba su primera campaña presidencial. Dos décadas más tarde, volvió a postularse por Verde Oxígeno, el partido que creó en 1998. El coronel José Luis Esparza Guerrero es su compañero de fórmula.
Por último, compiten los binomios John Milton Rodríguez-Sandra de las Lajas, por el partido Colombia Justa Libres; Enrique Gómez Martínez-Carlos Cuartas, de Movimiento Salvación Nacional, y Luis Pérez-Ceferino Mosquera, de Colombia Piensa en Grande.
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