Castor Serrano, celebramos su vida.

Castor Serrano, recibió un golpe muy duro que lo dejó aturdido y moribundo, hace más de veinte años atrás, cuando un 8 de febrero de 2003, se paró de repente, el reloj de su existencia, cuando desapareció misteriosamente su hija querida, Mónica Serrano, un hecho que conmovió también a la sociedad panameña, a sus amigos y compañeros.

Era un colonense de cepa, exitoso profesional de la ingeniería, militante revolucionario, pero desde entonces, entro en él una agonía que duró vente años, hasta su despedida de esta tierra.

Se ilusionó varias veces con volver ver a su querida hija desaparecida, pero tuvo que sobrevivir conteniendo el llanto en público que, no podía evitar cuando lo asolaba la soledad y la tristeza.

La semana pasada murió, pero ya parte de él había muerto desde aquel fatídico 8 de febrero de 2003.

Su presencia física, ya no la tendremos, pero su imperecedero espíritu de lucha popular se queda con nosotros, y ojalá ahora en el cielo, si Nuestro Señor le extiende su mano misericordiosa, pueda reencontrase con su amada hija, porque amores puros y sinceros, como esos, no mueren, sino que, permanecen para siempre.