El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Victoriano Rodríguez Santos
En un artículo que publicamos el 15 de mayo pasado, día del asesinato de Victoriano Lorenzo -hace 123 años-, intitulado “Peligroso un estallido social”. Una orientación a nuestros gobernantes de que los mangos por estar bajitos no son silvestres, no son gratis y tienen dueño.
Los dueños de los recursos de Panamá, somos todos los panameños, no solo los empresarios y de esto tenemos que estar seguros, rotundamente claros, en todos los estamentos, escenarios o estratos sociales. El País es de todos los panameños, al igual que los aportes al Estado que hace el Canal, independientemente nuestra condición económica, educación o de salud; no de unos cuantos.
Los pobres, venimos sufriendo el menosprecio de quienes se enriquecen con el sudor de la frente de sus empleados o de la Cosa Pública y mantienen las mismas mentiras a la población. Gobiernan para ellos y dejan a la población huérfana de salud primaria o preventiva, educación (escuelas rancho), agua potable, caminos de penetración, carreteras y hasta haciendo fila para comprar arroz.
Escribía que: “El panameño, indistintamente la raza, condición social, origen o color, es pacífico por naturaleza. Generalmente da su brazo a torcer; hasta que lo “Kabrean”.
El levantamiento -a nivel nacional- de octubre y noviembre de 2023, contra la Ley 406 de la MINA, no había gobierno ni uniforme policial que pudiera sofocarlo. Muchos diputados vivieron en sus casas las airadas protestas de la población.
El mayor cinismo de cualquier gobierno es proteger delincuentes. Hay malhechores de hoy, de ayer y de siempre, que la justicia no los alcanza. Todo nos lleva a que la justicia está hecha para el Hijo de Juana, el hijo de la cocinera, planchadora, vendedora de legumbres, la ama de casa, la gente pobre.
Quien roba millones, lava dinero, blanquea capitales si lo sentencian, le dan el país por cárcel, como mucho y su desgracia notificarse una vez al mes y cuidado que hasta por teléfono, pero el pobre, ese que coge una iguana para comer, siete años de prisión.
Forajidos, con condenas ratificada por la Corte Suprema de Justicia, a disfrutar de nuestros haberes o recursos, quizás hasta se les protege. Obviamente, este es un gobierno empresarial, ahora, valga preguntar: ¿A qué le temen los expresidentes que necesitan docenas de escoltas pagados por nuestros impuestos? Hasta cuando tantos privilegios (artículo 19 Constitucional).
Como corolario, se hostiga, apresa, condena y dejan sin salario a educadores. Se persigue a dirigentes gremiales por el solo hecho de exigir y reclamar una vida mejor para todos los panameños, contra la Ley 462. La época militar pareciera ser niños lactantes comparados a la actual administración -prueba es Bocas Del Toro, en meses recientes- en consecuencia; peligra la democracia. Soy el Hijo de Juana. Dios te salve, Panamá.
Economista, educador, máster en Recursos Humanos
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