Los que nos adversaban decían que la soberanía no se comía. Hoy, sin embargo, son los que están en la Junta Directiva del Canal, y desde allí se han repartido los despojos del patrimonio de todos los panameños.

Por: José Dídimo Escobar Samaniego

En el Preámbulo del Tratado del Canal de Panamá (Torrijos Carter) se lee:
“Actuando en armonía con la Declaración Conjunta emitida el 3 de abril de 1964 por los Representantes de los Gobiernos de la República de Panamá y de los Estados Unidos de América y la Declaración de Principios del 7 de febrero de 1974, rubricada por el Ministro de Relaciones Exteriores de la República de Panamá y el Secretario de Estado de los Estados Unidos de América; y
Reconociendo la soberanía de la República de Panamá sobre su territorio, Han decidido abrogar los tratados anteriores pertinentes al Canal de Panamá y celebrar un nuevo tratado que sirva como base para una nueva relación entre ambos países y, en consecuencia, han acordado lo siguiente:….”
Un 7 de septiembre de 1977, una representativa delegación de panameños, encabezada por Omar Torrijos Herrera se encaminaron a Washington, a la sede de la OEA, donde serían firmados los Tratados del Canal de Panamá. Acá en Panamá, todos los patriotas estábamos en estado de Alerta, esperábamos una solución negociada, pero si las negociaciones fallaban, habíamos pedido no seguir siendo mancillados por la ignominia.

El discurso de Carter fue conciliador y profundo, un discurso moral como fué su vida como persona y como un hombre de honor al frente de una potencia que se caracterizó por un imperio de fuerza (garrote) más que de razones. Pero él fue una feliz excepción y abanderó los derechos humanos en todos los territorios del mundo, a tal punto que hoy la humanidad le reconoce por su alto espíritu de Decencia y Decoro, aunque para algunos de la ultraderecha en Los Estados Unidos y el mundo haya sido un blandengue y entreguista.
Por su parte Omar Torrijos, el Gran Personaje esperado en aquella tarde, rodeado de todos los líderes de América, dijo lo que todos los panameños sentimos como nuestras palabras…se lavaba así el honor y la sangre mancillada de nuestros mártires y se abría la puerta de nuestra dignidad y decoro.
De esa firma en aquel momento, surgieron hechos históricos posteriores. El 23 de octubre de ese mismo año el plebiscito para el cual nos movilizamos en todo el país a garantizar el conocimiento de los panameños del contenido de los tratados que fueron publicados, repartidos y debatidos y luego votados favorablemente. Asimismo el 1 de abril de 1982, cuando entró en vigencia el tratado después de haber cumplido con los mecanismos constitucionales de ratificación y el canje de sus respectivos instrumentos en cada Estado, ese día se desmanteló la antigua Zona del Canal de Panamá, la Policía y Tribunales Zoneítas, el Gobernador, las Leyes extranjeras con vigencia en nuestro territorio, las cárceles extranjeras, y ese día, con la devolución de los puertos de Balboa y Cristóbal; entró en vigencia la Ley Marítima de Panamá, porque ni siquiera eso teníamos como Estado. Panamá era como dijo Torrijos en algún momento, una caricatura de nación.

El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.