El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por: Enrique Avilés
En la actualidad el emerger de las ultraderechas se ha acompañado de términos para identificar a sus defensores, para ello se utiliza el término “facho” proveniente del fascismo y aunque el término no encaje del todo en lo que fue el fascismo alude a las particularidades de imposición autoritaria de medidas, que contrario a como se mostraba el fascismo, impulsan la libertad en una individualidad aplastante de los derechos colectivos y desestructurada del aparato estatal al punto de dejarlo existir solo a su conveniencia impositiva, o en otras palabras represiva. Esta modalidad de ultraderecha se aprovecha de tener los medios tradicionales a su favor y si no los tiene recurre a las redes sociales y a los pseudo periodistas de redes para sustentar y orientar su discurso de manipulación de masas. Es aquí donde juega un papel importante el facho pobre pintándose como un convencido de que las orientaciones autoritarias son beneficiosas y la única esperanza para el futuro del país.
En Panamá identificarlos no es tan difícil, y aunque algunos no se arropan de la bandera libertaria es innegable que nadan en la misma esencia, convencer a las masas de que todo es por su bien y por su futuro, haciendo de personajes incómodos qué es preciso entender para no caer en su manipulación. El facho pobre es desde su origen un descendiente de la clase obrera o de los sectores asalariados, cuando más es un pequeño empresario o pequeño productor con ínfulas de burgués internacional y oligarquía del nuevo orden mundial, mínima y chistosamente heredero de Dan Brown y la saga de los iluminatis. Su perfil identitario lo muestra en la crítica a cualquier movimiento social o reivindicativa popular, es ultrarreaccionario en ese sentido y no duda en calificar las protestas sociales y a sus actores con epítetos sacados de manuales macartistas del siglo pasado en el que todo el que proteste es comunista, terrorista, radical, desestabilizador, rebelde, con esto envía mensaje a los que no se están manifestando dejando claro como el ex presidente Reagan qué quien no está de nuestro lado está contra nosotros. Lo anterior lo acompaña de slogans que descalifica causas como “el que no trabaja no come”, cuando está frente a una huelga con toda su base legal, o el clásico de hablar de una paralización de labores, pintando a los huelguistas de vagos que no quieren que el gobierno avance el progreso del país, nada más falso. Eso sí ese facho recibe puntualmente su salario mínimo, su décimo tercer mes, sus horas extras, su descanso obligatorio, su compensación por despido injustificado y su prima de antigüedad, todos derechos ganados por los movimientos sociales que dice detestar.
Vive a diario viendo comunistas hasta debajo de las piedras, para el facho pobre no ser de derecha implica estar enfermo mental o como bien dijo el presidente estar ideológicamente contaminados al referirse a los embalses de río indio como tema. En este punto el facho pobre repite como papagayos consignas como nos quieren convertir en Cuba o Venezuela, te quieren quitar tu carro, tu casa y tu tiendita de abarrotes, quieren hacer que todos seamos iguales de pobres, lo que denota desconocimiento absoluto entre socialismo y comunismo, mercado global y bloqueo económico, sin dejar atrás la real participación popular en democracias representativas independiente de su ideología.
No deja de ser un wannabe, con mentalidad aspiracional y para ello defiende oligarquías e imperios, para el las bases militares están bien y las masacres a favor de la democracia anticierres de calles son necesarias, según su pensar apoyar esto lo convierte en “mejor persona” será que defender ricos los hace sentir igual, por ello nunca habla del saqueo fiscal del empresariado, tema tabú en su discurso.
El facho pobre admira la represión y la justifica cuando dice que “por fin llegó un presidente a poner orden”sobre todo violando derechos sindicales y gremiales, persiguiendo y judicializando la protesta. Y por último, ese facho pobre detesta al originario, pues es un atraso para el progreso hay que eliminar esas comarcas y quitarles toda su condición, para el facho la historia y la cultura son despreciable a en su ignorancia de no entender que la oligarquía no ignora sino que ve las posibilidades de arrebatar tierras y recursos. Tú reconocerás a estos personajes de nuestro patio, vulgares peones del poder, enajenados de su condición de clase y ratas bobas tras el soñar de flautistas. Panamá ya despertó y despertar es el primer acto de rebeldía.
El autor es fanático de Víctor Jara.
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