Por Jaime Flores Cedeño
Profesor de Filosofía e Historia-
Abogado, especialista en derecho laboral.
El mundo celebra hoy 9 de mayo los 80 años de la Victoria sobre el fascismo, siendo la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) uno de los principales protagonistas durante la Segunda Guerra Mundial, la cual perdió más de 20 millones de patriotas entre soldados y civiles.
Este gran triunfo en contra del fascismo se produjo 28 años después de la Revolución Bolchevique de 1917, que heredó un país con profundas raíces feudales y atrasado, que había sido dominado por los zares por espacio de tres siglos. La Victoria de 1945 no se pudo haber logrado sin el avance del socialismo en la URSS que en seis lustros se convirtió en la segunda potencia del mundo.
El Fascismo venía extendiéndose en Europa al finalizar la primera Guerra Mundial, con dirigentes como el dictador Benito Mussolini en Italia y Adolfo Hitler en Alemania, que pasaron al rincón más oscuro de la historia por todas las atrocidades cometidas contra la humanidad.
El Fascismo proyectaba su actuar y pensar bajo los degradantes postulados racistas, supremacistas, elitistas, represor, antidemocrático y hegemónico, que por medio de la violencia se aprestaba a imponer su doctrina sin importar los crímenes que pudiera incurrir.
Culminada la Segunda Guerra Mundial, los USA y su aparato de poder imperial prefiguraron que el enemigo a combatir, ya no serían los fascistas, sino los comunistas de la URSS y del mundo que abanderaban principios de libertad, igualdad y derechos de los trabajadores, preceptos que entraban en colisión con el sistema capitalista, impuesto con base a la explotación de niños, mujeres y civiles en el siglo XIX, muchos de los cuales morían en las fábricas, como bien lo apuntara Engels en su famosa obra “Situación de la Clase Obrera en Inglaterra”, además, del coloniaje imperial que imponían las potencias económicas que se apoderaban de los recursos económicos del mal llamado tercer mundo.
Los USA, que entró tarde a la Guerra, después del ataque japonés del Pearl Harbor (el cual ha sido probado que se conocía desde meses antes) el 7 de diciembre de 1941 y cuyas bajas estuvieron alrededor de los 400 mil ciudadanos, comparados con las dos decenas de millones de muertos soviéticos en su gran mayoría en combate, particularmente, durante la defensa de Stalingrado, impuso un nuevo escenario de conflicto al terminar las hostilidades, que se llamó Guerra Fría, causante de millones de víctimas en el mundo que luchaban por la Liberación Nacional de sus pueblos sometidos al coloniaje y proclamaban una sociedad justa sin explotados, ni explotadores.
Ahora los nuevos aliados de los USA, serían: Francisco Franco, líder fascista español, causante de cientos de miles de muertos, Rafael Leonidas Trujillo en República Dominicana, Anastasio Somoza (Nicaragua), José Antonio Remón Cantera (Panamá), Castillo Armas (Guatemala), Pinochet (Chile), quienes tuvieron una fuerte oposición en sus países, en el caso de Panamá, el Partido del Pueblo, entre muchas otras organizaciones hicieron frente al fascismo remonista, que llevó a cabo una persecución épica en contra del movimiento popular y estudiantil.
El Fascismo continúa teniendo adeptos en América Latina, Europa y demás continentes implementando persecuciones, arrestos, leyes discriminatorias, la entrega de recursos naturales y minerales, aplicando esquemas de odio, genocidio, como el de Palestina por Israel, desigualdades, racismo y xenofobia, todo ello, solo comparado con las prácticas del nazismo.
Hacerle frente al fascismo en todas sus fases y etapas, resulta ser un grito de lucha en Panamá y a nivel Internacional, porque conlleva al exterminio de la humanidad, negando el bienestar de los pueblos.
A pesar de toda la propaganda falsa y distorsionadora de Hollywood, periódicos, revistas, libros y promovida en las escuelas, invertida por los USA, después de la Segunda Guerra para hacer creer que estos fueron los únicos grandes triunfantes y salvadores del mundo, nada de eso sirvió, porque hoy más que nunca se conoce la verdad y el heroísmo de la URSS y de millones de soldados de otras naciones que murieron en los campos de batalla conteniendo el avance fascista.
En concordancia reproducimos unas líneas del Documento Fundacional de la Internacional Antifascista, realizada en Caracas, Venezuela, en octubre del 2024, cuando señalaba que:
“Sostenemos que el neofascismo contemporáneo es aún más peligroso que el del siglo pasado, al haberse convertido en un proyecto con aspiraciones de hegemonía global que encarna una nueva aristocracia financiera y tecnológica. Con su carácter autoritario, totalitario y militarista, busca suprimir violentamente toda oposición, homogeneizar el pensamiento y atacar la diversidad política y cultural”.
“No concebimos al fascismo como una simple opción política, sino como una visión que niega la vida misma. Interpretamos el presente como un punto de no retorno, donde lo que está en juego es la vida o la muerte. Si no proponemos y defendemos un modelo que proteja la vida, solo existen dos opciones posibles: o las futuras generaciones nos condenarán por no haber hecho lo suficiente, o simplemente no habrá Humanidad”.
“El internacionalismo en defensa de la vida humana y del planeta, no puede desvincularse de la lucha por la paz, la justicia social y los derechos humanos. En este sentido, reafirmamos nuestro compromiso con la lucha antifascista, anticapitalista, anticolonialista, antipatriarcal y antiimperialista, basándonos en los principios del Socialismo del Siglo XXI, que se erigen como pilares para la construcción de un nuevo orden mundial”.
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