Por: José Dídimo Escobar Samaniego
Están reunidos los grandes, el G7, y aunque en el temario se vieron otros aspectos como la pandemia, ayuda para algunos países con las vacunas de su propia industria farmacéutica lo cual es un doble negocio, es decir, dinamizas tu economía y apareces como generoso ayudando a los más pobres, el fondo verdadero de esa cimera reunión fue enfocar cómo enfrentar a la imparable economía China.
El presidente de EE.UU., Joe Biden, presionó a sus aliados durante la cumbre del G7 para que denuncien públicamente a China por supuestas prácticas de trabajo forzoso, al tiempo que busca exhortar a los líderes de los países más ricos del mundo a presentar un frente más unificado para competir económicamente contra el gigante asiático, informa AP.
Pero algunos de los países europeos no piensan de la misma manera que el establishment norteamericano, debido a la compleja y mutuamente ventajosa relación comercial con China y sin que USA tenga en sus manos un plan para reactivar la economía europea.
China, a pesar de la pandemia no ha bajado la velocidad de crecimiento y desarrollo de su potencialidad que la ponen en poco tiempo a ser la primera economía del mundo y en la actualidad hace gala de un desarrollo de alta tecnología para el cual Estados Unidos no estaba preparado.
Todas las medidas que la Secretaría de Comercio ha desarrollado para bloquear el desarrollo comercial y tecnológico chino, no parecen haber tenido éxito, a saber, por los índices de crecimiento de la producción y la comercialización de los productos “made in china” y el incremento del valor bruto de la producción y su cada vez más exigente calidad.
China tienen una relación comercial muy amplia con Alemania, Inglaterra, Francia, además de una alianza amplia con Rusia incluyendo aspectos militares.
En el marco tecnológico, China ha dado un salto cualitativo, que no tiene precedente al poner en marte una nave espacial que hoy le permite poder recorrer la superficie de ese planeta, igual lo hace con la luna, una estación espacial propia, el desarrollo de la tecnología 5G y 6G, en donde los expertos advierten que está por lo menos mil días delante de EE.UU. No puede ser que, en la medida en que EE.UU. se vea superado por China en la sana competencia, adopte la decisión de enfrentar violentamente a China, en vez de admirarla por su gigantesco y denodado esfuerzo.
Cada vez que Estados Unidos reclaman violaciones de los derechos humanos en China, China le publica a ese país, una larga lista de violaciones de los derechos humanos en Norteamérica y otras partes del mundo. De hecho, en esta cumbre que está finalizando, no se ha hecho ninguna alusión a las flagrantes violaciones de los derechos humanos en Arabia Saudita, que por ser protegida por EE.UU., no es objeto de ninguna aplicación del discurso de los valores compartidos de democracia y derechos humanos que se habla en este grupo, lo cual deja en evidencia que la posición frente a China, tiene un fundamento estrictamente político muy sesgado.
El día 16 de junio próximo, Biden se reunirá con el presidente de Rusia, Putin con el cual ha expresado que: la relación bilateral con EE.UU. «se ha deteriorado hasta su punto más bajo de los últimos años».
En una entrevista de hace algunos meses, Biden llamó asesino a Putin, con el mismo que va reunirse el miércoles, el líder ruso, sin embargo, enfatizó que, durante su mandato, se ha acostumbrado «a ataques desde todo tipo de ángulos y desde todo tipo de áreas, con todo tipo de pretexto y razones, y de diferente calibre y ferocidad», por lo que «nada de eso» le sorprende. «Esto no es algo que me preocupe en lo más mínimo», subrayó Putin. No es fácil, reunirse con alguien que has acusado de asesino.
Según el Ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov: «Rusia no tiene ambiciones de superpotencia ni fervor mesiánico para imponer sus valores al mundo» y agregó que, “Moscú está interesada en establecer unas relaciones pragmáticas con Occidente y está lista para ayudar a los que lo necesiten.
La agenda que se ha filtrado a los medios indica que, tratarán no solo el equilibrio nuclear, sino además temas económicos y la forma de generar menos tensión en el mundo.
Lo cierto es que, Rusia nuevamente, ha recuperado un talante en la arena internacional que, solo era posible verlo cuando existía la extinta Unión Soviética, lo cual tanto la presencia china como rusa en esta coyuntura histórica, aseguran un mundo multipolar que le permite a nuestros pequeños países, tener acceso a un mejor reconocimiento dentro de la comunidad internacional y obligados estamos todos a generar un mundo de confianza, si es que, queremos auténticamente enfrentar los grandes retos y desafíos que le aguardan a nuestra sociedad humana y que solo en una alianza global podremos vencer, desafíos que van desde la salud global, la generación de energías limpias, la recuperación del medio ambiente y el desarrollo económico, social y cultural de todos los pueblos y la prevalencia de una paz duradera para el logro de ese primordial fin.
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