Reprimir Y Reprimir Y La economía ¿qué? 

Un Clima De Equilibrio Y Paz, No Se Construye Declarándole La Guerra Al Pueblo.

Por : Ramiro Guerra.

Abogado, Escritor Y Cientista Político.

El capital, es como la golondrina; mejor crece y se amplía en democracia. En un escenario de  confrontaciones al extremo y de amplia represión como el que vivimos en la actualidad, el capital emigra hacia otros lares.

Mientras el gobierno, se aferre a la represión, la tendencia a profundizar la crisis económica, correrá por su cuenta y terminará pasando factura a todos los panameños.

El régimen y la clase empresarial, navega en contra sus propios intereses en una suerte de autofagia y en el concurso de un espíritu de suicidas. Son tan obtusos y dogmáticos, que se apegan a una sola verdad, la suya y sencillamente, el pueblo, los sectores populares, según ellos, no tienen ni pueden tener razón de ningún modo. Su racionalidad deviene en irracionalidad y en consecuencia irradia toda la anatomía del ser nacional.

El síndrome de la terquedad y la insensatez, nubla al sector empresarial y al régimen político.

Un escenario como el descrito, el régimen político y la clase empresarial, no opera con lógica y por ello elevan la represión a su hacer mediador a algo natural y normal.

Lo ocurrido en Santiago de Veraguas, reveló la crudeza con que se conducen los empresarios y el poder político. La violencia institucional, rebasó, todo el orden legal y constitucional. Los derechos humanos, fueron subvertidos por la violencia instrumentalizada por el poder político y los empresarios.

Una máxima en economía, está crece y se reproduce en forma amplia, en un ambiente de paz, diálogo y consenso. Es decir donde reina un ambiente de democracia y eficacia del estado de derecho constitucional.

Desde el enfoque anterior, nos preguntamos ¿quién o quienes están saboteando incomprensiblemente contra la economía? Evidente la clase empresarial oligarca y el régimen político que nos desgobierna.

Como lo escribí, la forma con sus contenidos impuestos en relación a la aprobación de la ley 462, fue el punto que apertura de la coyuntura de desestabilización del país. Dicho en otras palabras, la situación de hoy, corre por responsabilidad del poder, que se aferró a satisfacer los intereses del sector oligarca y financiero .

Lo anterior no es de extrañar. Bien lo dijo el gobernante, «este es un gobierno de la empresa privada».  Nada de equilibrio social y prominencia de un ambiente de democracia y estado de derecho, venido a menos insensatamente.

Resulta difícil, visibilizar el horizonte.

Lo cierto, mueve a señalar, que por el bien del país, la nación, las salidas tienen que ser democráticas de tal  suerte que aperturen un ambiente de equilibrio social y pleno respeto a las garantías de los derechos fundamentales.