Por: Pedro Rivera
Pero nadie que yo sepa le dio suficiente pelota a este sueño como para abrirle un huequito en la biblioteca de su corazón. Y mucho menos en la de su casa.
Es cierto, se habla de las ciencias humanas, porque todas lo son, pero generalmente cada una estudia a esta privilegiada criatura de la naturaleza —llámese hombre, ser humano, homo sapiens-sapiens o simplemente cromañón— desde perspectivas distintas, por estancos, hasta antagónicos.
Integrar las ciencias como lo fue en alguna época, como lo fue en la Grecia de aquellos tiempos de filosofía, de amor a la sabiduría, parece hoy, cuando es más necesario, una misión imposible.
Separar las ciencias sociales de las cie ciencias naturales es una contracción [sí, contracción] cultural. Algo de egoísmo y de prepotencia hay detrás de esta demarcación de territorios y burbujas intelectuales.
Los adjetivos que acuden a mi mente para calificar este despropósito son de pronóstico reservado.
Muchos científicos de hoy no conocen a este autor. Por algo será. Y tal vez por ese “algo será” es mejor que así sea.
Hay y hubo intentos, y seguirá habiéndolos, de estudiar a la especie humana biopsicosocioculturalmente. Lo dificulta el manejo complejo del que son tan apegados cientistas, científicos y cientificistas, y la misma complejidad del objeto de estudio.
Pesan mucho las ideas creacionistas, incluso entre materialistas confesos. Pero mientras no se tome en cuenta lo biológico humano, la interpretación de lo que el hombre es, animal que piensa, pero, animal, en fin, cojeara de una pata. O de las dos. 6 Hay varios Likes:) Gracias...