El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por Ramiro Guerra M.
Abogado y cientista político.
Octubre de 2022.
Recuerdo una frase del Dr. José Renán Esquivel, cuando en vida señaló que, la construcción de hospitales y centro de salud, no es más que un signo de la debacle o fracaso del sistema de salud. Lo correcto, sería atacar las causas, antes que aparezca el fenómeno o cuadro de una crisis de salud del individuo.
¿Es lo anterior imposible? ¿O acaso el tema de la atención primaria, que toca intereses en el sector salud?
Pareciera que hasta la enfermedad es una fuente de pingües negocios y de corrupción.
El sistema de salud pública está diseñado (pensadamente) para que, siempre sufra el síndrome del bote con agujeros. Sus administradores, haciendo el papel de marino con balde saca agua, para que el buque o la lancha no se hunda. inevitable si no hay una estrategia de eficiente administración.
La situación de todo nuestro sistema de salud, no anda bien. Error serio y grave del gobierno, dejar a los panameños a la suerte de un sistema que no funciona. Lo reitero, culpar al actual director de la caja de seguro social talvez no sea justo, pero pienso que, su posición en el puesto, ha llegado a un franco agotamiento; respuestas y soluciones siempre con el síndrome para cuando.
Como lo escribí, claro que, enfrentar el covid resultaba ineludible, pero, error el no abordar la cuestión de la salud desde un enfoque integral. Me tocó estar cerca del Dr. José Renán Esquivel, cuando aspiró a la presidencia del país; conocí al detalle sus ideas de cómo mejorar la salud de los panameños.
Fue el proponente e ideólogo del papel fundamental de los comités de salud barrial y comunal. Renán era en materia de salud, lo que fue el sociólogo Picard – Ami, quien durante el proceso de liberación nacional, que liderizó Omar Torrijos, teorizó en torno al poder popular (juntas locales y comunales) como base de sustentación del régimen torrijista.
No tengo nada contra los sectores económicos comercial y de servicios; así se ha configurado la nación; pero lo que no está bien es que se haga en desmedro del sector y conciencia productiva del panameño. Además, su naturaleza genera y profundiza los cuellos de botella, que hacen del país, uno de graves y fuertes contraste.
Renán, en su filosofía decía que la tierra es para trabajarla; no importa si es en una casa o una finca. Terrenos ociosos, constituyen pérdidas. Todo lo anterior, induce a carencias y problemas de salud de los panameños.
En materia de salud no existe estrategia. Estamos al garete y sálvese quién pueda.
Expiar culpas con el covid, para alegar y justificar el desmedro de la salud de los panameños no es aceptable, menos justificable.
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