Desde la década setenta del siglo pasado, recién llegado de Puerto Armuelles, a la provincia de Panamá, ciudad capital, nos tocó asistir a un crecimiento y desarrollo urbano, nunca visto. La construcción logró un crecimiento extraordinario. Edificios, torres de 20 piso y mas, que nos colocó en la región, sobre todo centro américa, como un sector de punta en la economía.
Cierto, que el crecimiento y desarrollo del país, en gran parte se le debe a la clase trabajadora, el aporte de esa gran masa de trabajadores que logró dar saltos de calidad en la forja de una mano de obra calificada.
En este contexto, justo reconocer, el gran aporte de la mano de obra de la construcción.
Jóvenes que a temprana edad, se alistaron como obreros de la construcción y tempranamente hicieron carrera, para lograr un gran nivel de calificación, cuya obras se constituyeron en signos de admiración, tanto dentro y fuera del país.
Los inversionistas en este sector de la economía, se encontraron con una realidad en lo que concierne a la mano de obra, lo suficiente preparada para emprender esas majetuosa obras.
Justo reconocer, que ese crecimiento y desarrollo, de los obreros, dio un salto cualitativo, con la llegada de la organización sindical, específicamente el SUNTRACS, Esta propició un salto cualitativo, con la negociación de su primera convención colectiva de trabajo. La formación, educación sindical y tecnológica, la regulación laboral por áreas diversas del proceso de construcción y los respectivos salarios convencionales y la empatía entre el sindicato y los trabajadores, se constituyó en un referente para toda la región en materia de construcción.
Lo anterior, nos lleva a sostener, que esa fuerzs productiva laboral, fue parte determinante en la edificación de un desarrollo urbano en la ciudad y en todo el país.
Justo entonces, sería que por ley, se establezca un día del trabajador de la construcción. Bien merecido lo tienen, en tanto describe ese impresionante crecimiento y desarrollo urbanístico, ha sido obra de los obreros y su buque insigne, el Suntracs que con toda seguridad, trascenderá a la crisis actual porque no ha sido la obra de un hombre, sino de todos los trabajadores de muchas décadas.