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El Estado del Istmo de Tomás Herrera, ejemplo de nacionalidad y patriotismo.

Este año se conmemoran 183 años del Estado del Istmo de Tomás Herrera, hecho que aconteció el 18 de noviembre de 1840, y que se extendió por espacio de 13 meses, su desarrollo constituye una fecha trascendental para la historia patria.

Por Jaime Flores Cedeño

General Tomás Herrera, un extraordinario compatriota, ejemplo de virtudes en tiempos en que acechan los traidores de la patria.

 

Este año se conmemoran 183 años del Estado del Istmo de Tomás Herrera, hecho que aconteció el 18 de noviembre de 1840, y que se extendió por espacio de 13 meses, su desarrollo constituye una fecha trascendental para la historia patria. Resulta importante acotar que este suceso muy poco se resalta en las efemérides nacionales, menos en el mes de noviembre, cuando tienen mayor prevalencia otros significativos eventos patrióticos.

A diferencia de los actos emancipadores de 1821 y 1903, sin quitarles el mérito que los mismos tengan, en 1840, el Istmo no se unió a ningún conglomerado, como fue el caso de la Gran Colombia en 1821, ni quedó mediatizado a potencia hegemónica alguna. Lo antes expresado se evidenció el 3 de noviembre de 1903, cuando quedamos sometidos al Tratado Hay- Buneau Varilla con los Estados Unidos.

El 18 de noviembre se diferencia en igual sentido a la separación de 1830, de José Domingo de Espinar, quien supeditó la acción a los deseos de que Libertador se hiciera cargo del Gobierno de la República. Este movimiento tuvo su singular relevancia nacional, a pesar de que solo duró tres meses. Similar sucedió en 1831, con Juan Eligio Alzuru, quien declaró al Istmo con administración propia, pero formando parte de una confederación colombiana, que en la práctica era inexistente, luego de la fragmentación del proyecto bolivariano.
El Estado del Istmo surgió en el marco de una guerra nacional que enfrentó a bolivarianos y santanderistas. A este conflicto se le llamó la «Guerra de los Supremos», porque en cada región se levantaron caudillos que se oponían al Gobierno de José Ignacio Márquez, aunque el punto inicial fue una Ley que eliminaba los conventos menores. Las contradicciones se agudizaron con la detención del guerrillero José Erazo, quien culpó a José María Obando de ser el autor intelectual del asesinato del mariscal José Antonio de Sucre, lo que enervó la sangre de los seguidores de Bolívar.

Esta guerra incentivó el interés de los istmeños por independizarse, debido a la política centralista del Gobierno que mantenía en situación de asfixia al territorio. Al respecto, sentenció, en 1841, Tomás Herrera, en su condición de presidente del Estado del Istmo, que: «Un Congreso General que se reúne a más de 300 leguas de distancia, jamás legislará convenientemente para nosotros, porque lo impiden la falta de conocimientos locales de sus miembros… «.

En el Acta de Constitución se enuncia de forma categórica, en el artículo 2, que: «La provincia se erige en Estado soberano, el cual comprenderá Veraguas, siempre que sus habitantes se adhieran a él para formar un solo cuerpo social del territorio del Istmo».

Si bien es cierto que, en el artículo 3, se dejaban las puertas abiertas a una reincorporación bajo preceptos federales, lo principal y determinante fue la declaración de Soberanía e Independencia.

Esta declaración fue ratificada por la Convención reunida a partir del 1 de marzo de 1841. En sus deliberaciones se aprobó la Ley Fundamental del Estado, quedando explícito en el artículo 1 que: «Los cantones de las antiguas provincias de Panamá y Veraguas compondrán un Estado independiente y soberano que será constituido como tal por la presente Convención bajo el nombre de «Estado del Istmo».

Además de la Carta Magna, se aprobaron significativas leyes, entre otras, de índole fiscal, aduanas, justicia, y se creó la Universidad del Istmo, fundada el 8 de agosto de 1841. Mientras esto acontecía, en el resto de la República, las tropas del Gobierno obtenían victorias bajo el mando de Tomás Cipriano de Mosquera y Pedro Alcántara Herrán, los cuales triunfaron sobre el ejército federalista.

En Panamá, Tomás Herrera se preparaba para defender el Istmo. Catalina Arrocha Graell, en su libro «Historia de la Independencia de Panamá, sus antecedentes y causas 1821- 1903», sostuvo que: «había un pie de fuerza de 5 mil hombres, de los cuales 4 mil eran guardias nacionales y el resto tropa veterana». Ante la situación de tensión el Gobierno de Bogotá envío negociadores que lograron un entendimiento, evitándose así un derramamiento de sangre, donde el Istmo podría haber llevado la peor parte por lo reducido de sus contingentes y la escasez de armas. Los acuerdos alcanzados con el Gobierno fueron violados y sus dirigentes enviados al exilio, entre ellos, Justo Arosemena, quien siempre enalteció los objetivos alcanzados con el Estado del Istmo.

Esta gesta patriótica, que fue liderada por el general Tomás Herrera, héroe de Junín y Ayacucho, debe ser recordada cada año por todos los panameños, porque demostró desde muy temprano el anhelo de Libertad, Soberanía e Independencia de los panameños, que tomó vigor a lo largo de los siglos XIX, y XX, cuando se luchó por expulsar el enclave colonial estadounidense.

El Autor es Abogado e historiador

 

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