El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por Ramiro Guerra.
Jurista, Escritor Y Cientista Político.
El proyecto de ley de reformas a la ley orgánica de la caja de seguro social.
El poder político descansa en la soberanía popular. El pueblo que se expresa a través de estructura organizadas, es el que da cuenta del concepto de democracia real de participación socio democrática.En el conversatorio convocado por el gobierno nacional, lo que más se acerca a un consenso, fueron la coincidencia que se dieron entre diez de las organizaciones y gremios que participaron en ese conversatorio. El gobierno y empresarios quedaron en una minoría insignificante.
Educadores, profesionales de la medicinas, enfermeras, sindicatos, centrales obreras, etc… abogaron por volver al sistema de reparto definido, solidario y universal.
El rechazo a la privatización y a las medidas paramétricas y cuentas individuales, fue notorio y evidente. Sin embargo, el proyecto de ley, que se envió a la asamblea nacional, enfatiza la privatización y las cuentas individuales.
Es decir, las autoridades, soslayaron los señalamientos y propuestas que hicieron todos estos gremios y organizaciones.
Al día de hoy, la oposición a la propuestas, gana terreno en la población, lo que evidencia un creciente aislamiento social de los autores de este proyecto de marras.
La propuesta es draconiana. Perjudica a los trabajadores y trabajadoras. La juventud con esa propuesta difícilmente alcance una pensión. Y si la alcanza, estará por debajo de lo que señala la actual ley 51 de 2005.
Somos del criterio, que hay que evitar, que la asamblea, vuelva sobre la manía de aprobar leyes antipopulares mediante tambor batiente o los llamados madrugonazos.
Lo más sensato, que la asamblea nacional, regrese ese mamotreto, al órgano ejecutivo para que en el marco de una mesa tripartita, se haga un debate y diálogo de verdad.
Error comete el gobierno, algunos de sus ministros, de amenazar a los pensionados que, si la ley no se aprueba, se reducirán el monto de las misma. Así no se conduce un gobierno y menos que se denomine democrático.
Estas amenazas me recuerdan el juego, del que está perdiendo, se lleva los bates, manillas y bolas. Lo del tema del seguro, es mas duro, porque está en juego, la vida.
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