Invertir en la compra de aviones militares de guerra, millones, mientras en inversiones sociales, vamos para atrás como el cangrejo, es una evidencia que retrata de cuerpo entero la irracionalidad e insensibilidad del actual régimen.
Por: Ramiro Guerra Morales
Abogado, politólogo y cientista político.
Adiario salimos a resolver problemas domésticos y en ese iter, observamos un entorno social, que parece mentira que es el Panamá que se desea o sencillamente estamos frente a un Panamá, donde se hace gala y ostentación de riquezas, mientras el otro sobreviviendo en un medio de carencias básicas existenciales.
El famoso Chen Chen, fue la estrategia urdida para manipular la conciencia, a sabiendas que, el país estaba en crisis y que esta apuntaba agravarse.
Todo fue un fraude que hoy se está pagando muy caro.
Las estadística sobre la deuda social, ausente en el discurso y el lenguaje del poder político y las élites del poder económico. Este se reduce a millones y millones, pero muy lejos de la frecuencia por donde el pueblo existe y camina.
No se necesito saber de estadística, para darse cuenta de la pobreza y miseria donde están sumergido las grandes mayorías. Niños, deambulan por las calles, haciendo piruetas para ver quién se sensibiliza y le tira una toalla; adultos instalados en toda las avenidas, vendiendo todo tipo de chucherías para sobrevivir; la cuestión está dura porque son objetos de medidas para expulsarlos . Son miles y miles en esa precaria situación.
El poder político y la oligarquía, en vez de promover políticas para honrar esa millonaria deuda social, prioriza otros renglones; y peor, agrava aún mas la situación.
Semejante política, de recortes a la educación, a las universidades, cuando se trata es de mejorar su presupuesto. Es un retroceso, un salto hacia atrás, en cuanto a política de desarrollo.
Invertir en la compra de aviones militares de guerra, millones, mientras en inversiones sociales, vamos para atrás como el cangrejo.
Más de 57 mil millones alcanza la deuda externa, a razón de 16 millones diarios; sin embargo no hay desarrollo. Los mas beneficiados con ese endeudamiento, las élites empresariales en tanto que dado esa fatal deuda, evaden el pago de millones al fisco.
Tantos millones, pero pobre desarrollo. Nos manipulan con esa ecuación del PIB. Un crecimiento que no llega a los de abajo.
Es evidente que, la realidad que ve el gobierno, está muy lejos de lo que realmente ocurre por los lados de los trabajadores y la mayoría del pueblo. Bien lo describía el decano de la facultad de economía, el pueblo está comiendo menos y saltando garrocha.
Una hiper insensibilidad, poco me importa con el drama social que viven los de abajo. En una economía donde el dólar se ha despreciado. No hay lugar, donde el grito de la gente, no hay chenchén, en medio de la ostentosa danza de millones.
El alto costo de los insumos básicos para una existencia digna, se traduce en un enriquecimiento salvaje e inhumano.
Tal insensibilidad, que justo denunciar, a la clase empresarial, que se aprovecha de la crisis de empleo, para no pagar salarios mínimos ni el seguro social de los trabajadores. Un ministerio de trabajo y desarrollo social, un nombre pomposo pero lejos de la realidad. No hay política de cara a una labor de inspección , para evitar estas maleanterías, como lo fue distribuir miles de millones a sindicatos amarillos, mientras que centrales obreras con miles de afiliados, lo ningunearon. Resulta evidente el manejo irresponsable y arbitrario del fondo educativo y que viola la ley.
Todo lo descrito se vio venir. Las medidas neoliberales iban a ser el tono con se conduciría los gobernantes. Como lo señalo, en vez de honrar la deuda social, el castigo sería mas cruel y perverso.
Estamos inmersos, en un concierto de cantos de sirena, saturado de males intenciones y todo tipo de perversidades contra los del intramuro.
Por los lados del poder, político- económico, no hay sensibilidad humana. Miles y miles de panameños, la mayoría no están en la páginas amarillas.
Hasta lo mas recóndito del país, se escucha el ruido y crujir de estómagos vacíos.
Vivir en la miseria, golpeando a niños que se pasean por las calles, con sus ojitos desorbitados y la mendicidad que muestra el retrato de una ciudad descrita por Víctor en la Francia de los miserables.
La libertad como desafió, no queda de otra, luchar y luchar.
El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
