El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por: José Dídimo Escobar Samaniego
La Vida Terrenal es una sola. Quien la malgaste asuntando lo que no es verdad, dándole rienda suelta a la vanidad y la jactancia, cuando advierta que en tales circunstancias; todo se diluye y se vuelve nada e inútil, deberá tomar una última decisión antes de que el telón cierre el escenario.
Reconocer que hemos vivido equivocados, arrepentirnos de corazón, porque a pesar de todo, quien se arrepienta y corrija el rumbo oportunamente, es decir, mientras estemos vivos, ese alcanzará misericordia y su condición en el mundo espiritual eterno, no será lo mismo de triste, angustiosa y engañosa; como lo ha sido en la Tierra.
Afortunadamente, alguien que determinó tu existencia, te sigue amando por siempre y no le agrada que tu te pierdas y mueras, sino que desea infinitamente que vivas para siempre en gozo y alegría.
Gracias Jesucristo por tener la puerta abierta aún y haber extendido a cada uno de nosotros la invitación a celebrar contigo el triunfo sobre la muerte.
¡Así de sencilla es la cosa!
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