Julio Yao Villalaz
Como un arquero en pos de una gacela
corrí tras de tu huella y tus olores,
mas el denso follaje, ¡y tantas flores!
a veces te ocultaban, ¡ay, Gabriela!
Busqué por tus senderos, monté en vela,
olfateando tus íntimos humores,
y al no verte afloraron mil temores
de ser tonto y burlado centinela.
Y ahora que te encuentro, cervatilla,
y en tus gráciles formas me embeleso,
quiero dejar mis flechas en la orilla,
dejar colgado mi arco en un cerezo,
y con lengua filosa de cuchilla
desollarte la piel, ¡beso tras beso!