Dr. José R. Acevedo C.
Aun no identifico el color de tus ojos
Será porque tu mirada no se detiene en mí?
Y tu alma sueña en doloroso frenesí
Saciar en otros labios, sus antojos.
Se que tus heridas aun están aibiertas
Son lesiones dolorosas por el desamor
Se que tus labios claman calor
Y son dos notas celestiales y perfectas.
No te ancles en el pasado cruel
Navega en mi inadvertida mirada
Cúbrete con mi alma encantada.
Vive de nuevo el amor, Raquel.
Déjame soñar con el aroma de tu regazo
Que un beso tuyo sea el que me despierte.
De no ser así, deja que sea la muerte.
La que acabe con mis sueños, con mi vida, mi fracaso.