El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por: Ramiro Guerra.
Jurista (Abogado), Escritor Y Cientista Político.
Siempre juegan, a que se imponga una especie de moratoria del tiempo a fin de evitar que se surta lo que mandata la ley, de que cada dos años ese ridículo salario mínimo legal sea revisado.
Siempre aducen, de que no es el momento, que sus empresas no andan bien y en esta ocasión, un ajuste, propiciará mas desempleo e informalidad. ¡que bárbaros!
Sostengo, que eso del salario mínimo legal, es una falacia y un engaño. Está lejos de satisfacer las reales necesidades del trabajador; ese ajuste no ajusta nada y el círculo vicioso de un ingreso mísero sigue igual. Muy lejos de lo que la OIT, denomina salario decente, que equivale uno para una existencia mas humana y digna.
Algo mas de la inhumanidad y el carácter mísero de esa élite y su gremio, son los que están apurados a sacrificar el país, su naturaleza, en ella la vida humana, a cambio de que First Quantum, la minera a cielo abierto, siga destruyendo al país. Como dije en una ocasión, sus cantos de sirenas, son sus cajas registradoras. No les importa con nuestra nación y su gente.
Coincidencia, esa élite, sus representantes, muchos de ellos, están coaligados con intereses afines a esa transnacional.
El pueblo debe saber que, la responsabilidad de la falta de una estrategia para generar empleos, corre por esa cofradía empresarial; claro juegan con la perversa First Quantum, para maximar sus tasas de acumulación de ganancias. Como lo escribí, es un engaño al pueblo decirle que, la minera traerá o será el salva vida del país que se enrumba al desastre. Ya veremos como la corrupción sigue viento en popa. Qué se puede esperar de esa empresa, que paga para ensuciar el prestigio de patriotas y demócratas.
Es historia, la oligarquía, su moral es el billete; no tiene patria y peor, le repugna el concepto pueblo y trabajador.
Estamos viviendo tiempos, donde callar es hasta un pecado. Las iglesias que dicen hablar en nombre de sus fieles, salgan de los templos y calcen las sandalias y las enseñanzas de Cristo.
A defender a la patria, al pueblo; que se escuche el grito de libertad y de la verdadera democracia. Tu democracia, la de él, la mía, la de nosotros y vosotros.
