
Victoriano Rodríguez Santos
La muerte de las dos niñas Ngäbe Buglé, mientras eran arrastradas por el río, es prueba fehaciente del fracaso gubernamental, del deterioro de su política económica y social, de su estructura dictatorial irrespetuoso, intolerable, humillante y de menosprecio a la ciudadanía, así como de quien llama idiotas a los educadores, mientras pululan las escuelas rancho.
En el mes de la Patria y siguientes, Panamá está de luto. Tenemos que exigir justicia social. Es importante que los más de 4 millones de habitantes portemos una cinta negra en la parte izquierda superior del pecho. Sin temor. En otros países exigen justicia en las calles.
Es una protesta silenciosa a este mal gobierno que deja en orfandad a la población, mientras adula la riqueza, a los empresarios y permite el malgasto de los recursos del Estado en Villas u otras licitaciones, presuntamente amañadas y de muy poca utilidad pública.
El alquiler de vehículos de lujo y otros gastos innecesarios, cuando la salud está cuesta abajo, en picada libre y los niños de las comarcas sin caminos, calles, puentes, con ríos crecidos y en miseria.
Panamá acaba de ganar un arbitraje por 6.4 millones de dólares que no está en el presupuesto nacional, que no corresponden al Canal de Panamá. ¡Pertenecen al Estado, no al gobierno!
Ese recurso puede ser transferido en forma directa y automática a salud, específicamente al Hospital Oncológico Nacional y no suceda lo de los 583 millones de la mina, que se perdieron en el camino, mientras el presidente Mulino pareciera no interesarle investigar o se convirtió en un oficioso encubridor.
Obviamente como presidentes, ministros ni diputados se atienden allí quizás no les interese esa transferencia, pero la historia, tarde o temprano, les juzgará.
Que no venga con cuentos Mulino ni los alquilados de la Asamblea, porque ya de cuento tenemos bastante. ¡De irresponsabilidades, amenazas y vulgaridades también tenemos bastante!
Este pueblo está cansado y por eso insistimos en que es necesario hacer manifestación pacífica. Iniciando con una cinta NEGRA, en forma de lazo en el cuello de la camisa o blusa y desde ya, incluyendo a los jóvenes que desfilen. “Es ahora o nunca.”. Soy el hijo de Juana. Dios te salve Panamá.
Economista, educador, máster en Recursos humanos
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El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.