El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por: Carlos Ochoa E.
No pretendo hacer un análisis de algunos hechos muy importantes ocurridos a lo largo de nuestra historia patria, solo los menciono para recordarlos y no sea que se pierda la memoria histórica de la nación. No hay que olvidar que el actual gobierno veto la Ley que creaba la profesión de historiador, así que cualquier pelafustán pude dar cátedra de historia, amén que ya la materia de Relaciones de Panamá y Estados Unidos también es cosa del pasado, misma suerte ocurrió con cívica como materia de estudio. Parece que se han propuesto que perdamos la identidad como nación y como pueblo.
Panamá se independiza de España en 1821 y pasó voluntariamente a formar parte de la República de Colombia bajo los ideales de Simón José Antonio de la Trinidad Bolívar Palacios, mejor conocido como Simón Bolívar; permanecimos unidos, con sus altas y sus bajas, hasta 1903, 82 años. El 3 de noviembre de 1903, Panamá declara la independencia de Colombia, y quince días después, se firma con Estados Unidos el Tratado para la construcción del Canal de Panamá, Tratado Buneau -Varilla y como nación y país se inicia un nuevo calvario, porque la unión a Colombia también lo fue.
Con sobrada razón se señala el día 18 de noviembre de 1903, como el día más oscuro de nuestra vida republicana, ese día perdimos la soberanía, condición elemental para un país, Estado o nación. 1912, 1918y 1925 marcan tres intervenciones militares en el territorio panameño, a solicitud de los gobernantes de turno, la más memorable fue la del 11 al 23 de octubre de 1925, las tropas norteamericanas se toman la ciudad de Panamá, para sofocar el movimiento, popular que pedía la rebaja de alquileres. La invasión de 1989 es materia para otro artículo.
La lucha por la soberanía no ceso en ningún momento, siempre dirigida por los sectores populares, estudiantes, campesinos, el movimiento obrero organizado y el apoyo de intelectuales socialistas y la izquierda. En el periodo de 1925 a 1964, nueve de enero, ocurren una serie de acciones populares, reclamando la soberanía, en la entonces llamada Zona del Canal, territorio panameño bajo estricta jurisdicción norteamericana, todo panameño patriota que tenga más de 45 años debe recordar con dolor la ignominia de ver ese enclave colonial en el corazón de nuestro territorio.
Hoy, 45 años después que se le pone fecha de cumpleaños al Tratado Buneau -Varilla, en Tratado a perpetuidad, que ningún panameño firmo, ese día, 7 de septiembre de 1977, comienza para país, otra etapa, luego de tantas luchas por recuperar su soberanía y también el Canal construido en nuestras propias entrañas. ¿Y saben una cosa?, los que hoy se benefician de ese bien del pueblo, no lucharon para recuperar, es más se opusieron alegando que la soberanía no se comía.
Este año se cumplen, 2001 años que nos independizamos de España, que nos explotó hasta el infinito y casi extermina a los pueblos originarios. Hoy también se cumplen 119 años que nos separamos de Colombia y quedan en una especie de limbo, 82 años que permanecimos unidos al sueño de Bolívar; donde nos pasó de todo, cosas buenas, pero también otras muy malas.
Este año también se cumplen 58 años de la gesta heroica del 9 de enero de 1964, y como hemos dicho líneas arriba, 45 años de la firma de los Tratados Torrijos-Carter y 22 años de plena soberanía en todo el territorio nacional, aunque hay una sombra oscura en el Distrito Omar Torrijos en Colón.
En las postrimerías de hoy, 7 de septiembre de 2022, no he visto, ni he escuchado, que la actual administración del Estado, haya recordado como se merece el pueblo, una fecha tan importante como esta, al final me quedan más preguntas que respuestas. Los que se adueñaron de los bienes muy bien pueden festejar por el botín adquirido sin luchar, los que pusieron los muertos y heridos lamentarse en silencio y lanzar al aire la frase popular que dice: “nadie sabe para quien trabaja”. pero con la convicción que la lucha continua. Que se ha perdido una batalla, pero no la guerra.
Cuando escribía este artículo, por alguna razón extraña, estaba recordando el 31 de julio de 1981, cuando mataron a mi “General Torrijos”, como dijo en una ocasión, José de Jesús Martínez “Chuchú”. También estaba rememorando el discurso de Gabriel García Márquez, el 10 de diciembre de 1982, al recibir el Premio Nobel de Literatura en la capital sueca, talvez sea porque los tres se quisieron mucho y estaban comprometidos con las causas de los más pobres.
El autor es Sociólogo y Profesor de Geografía e Historia.
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