Por Carlos Ochoa E.
La realidad ha demostrado, y sigue demostrando, que el gobierno actual llegó al poder, sin ningún plan para resolver los grandes problemas que agobian al país. Como ejemplos podemos mencionar algunos: como minimizar la informalidad de la alta tasa de empleo informal, una estrategia para ir cerrando la brecha de desigualdad, entre los pocos que tienen mucho y los muchos que no tienen nada, la inseguridad y el narcotráfico, la corrupción, el desempleo y la mala calidad de la educación, entre muchos otros problemas, y como si fuera poco, lo que ha hecho es echar más sal a las heridas sociales.
El memorándum de entendimiento con los Estados Unidos que a todas luces viola nuestra Constitución Política, con la presencia militar extrajera, so pretexto de ayuda, garantizar la seguridad del Canal de Panamá, la presencia militar del de EE.UU, nos pone en la mira de todos los enemigos de Washington, que son muchos. La Ley 462, que en poco o nada ayuda a resolver, de fondo, los problemas de la Caja de Seguro Social y lo peor aferrarse a no derogarla, o al menos revisarla a fondo y modificarla, en los puntos de conflicto. La terquedad de querer reabrir la Mina de Cobre, violando el fallo de la Corte Suprema de Justicia y la Constitución, y como si fuera poco, arremeter contra las organizaciones sociales, específicamente contra el movimiento sindical. De la corrupción mejor no hablar, porque es lo que más abunda, tanto en el gobierno como en las grandes empresas, evasión y elusión fiscal y evasión de las cuotas a la Caja de Seguro Social.
Es una aberración decir que son los sindicatos y demás organizaciones de los trabajadores los responsables de la crisis que vive el país. Lógicamente no es el gobierno actual el único responsable de la crisis que vive el país. Todos los gobiernos post invasión han llevado agua al molino y de manera deliberada hicieron muy poco o nada, hasta llegar al punto en que estamos, todavía hay vías pacíficas para salir de la crisis que vivimos, pero el gobierno navega contra corriente, y por esa vía, no hay solución posible.
Quien suscribe este escrito viene de la clase obrera, del movimiento sindical, y fue precisamente, mi tesis de grado en 1988, “Desarrollo del Movimiento Sindical en Panamá”,que no nos guste el método de lucha de algunos sindicatos, es otro cosa, pero cuando se cierran las vías del diálogos y los consensos, la violencia aflora, casi como un “derecho”, como medio de protesta y defensa
En escrito anteriores, me he referido a los logros, a nivel mundial, del movimiento sindical, que aparece como tal, a partir de 1829, en Inglaterra, pero que su génesis hay que buscarla a partir de 1770, con la aparición de “La Revolución Industrial”, y por el otro lado el proletariado o clases obrera. Entre otros logros tenemos los siguientes:
Jornada laboral de ocho horas, derecho a la educación, derecho a elegir y ser elegido, fuero maternal para las mujeres trabajadoras, derecho al voto de ellas, salarios mínimos para los trabajadores vacaciones pagadas, descanso semanal remunerado, derecho a organizarse, derecho a huelga, como medio de protesta. Negociar las colecciones colectivas para favorecer a todos los trabajadores de una empresa. El caso específico de nuestro país, los salarios mínimos, se los debemos fundamentalmente a las luchas del sindicato de las bananeras de Puertos Armuelles, Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Caña, de Coclé y el movimiento popular Colón, encabezado por el dirigente Andrés Galván. El fuero maternal al Sindicato de la Industrial Textil, encabezado, entre otra mujeres, por Marta Matamoros y el salario mínimo en la Industria de la Construcción al sindicato de ese sector, SUNTRAC.
Es prudente señalar, que toda persona, hombre o mujer, que recibe un salario es un obrero, ya sea del sector privado o estatal, obrero es el médico, abogado, profesor, tenga los títulos que tenga, si vive del salario, obreros no son solo los de las bananeras o de la construcción.
La culpa de la tragedia que vive nuestro país y nuestro pueblo, no la tiene la clase trabajadora, ni los indígenas, no la tienen los pobres, la culpa la tienen los que están agrupados en el CONEP, la CAPAC, Sindicato de Industriales de Panamá, los dueños del sector financiero, Cámara de Comercio e Industrial de Panamá, entre otros gremios de los grandes empresarios. Lo dijo el señor presidente:” Este es un gobierno de empresarios” y solo para empresarios, el pueblo que se joda. Lo último no lo dijo él, pero ese ha sido y es el resultado. Nuestra burguesía encima de ser mezquina, ruin y egoísta, a la hora de la distribución de la riqueza que les produce la clase trabajadora; también es traidora y sin sentido de patria, vive al servicio del gran capital financiero internacional, que nada le importa el desarrollo nacional, ni le interesa ni le importa el desarrollo del sector primario. Hay una gran diferencia entre un país de servicios y una burguesía servil.
El autor es sociólogo y profesor de Geografía e Historia
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