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La verdad oculta sobre la deuda pública |


Por: Juan Jované

 Observar las estadísticas de la deuda pública de Panamá evoca la figura de una creciente bola de nieve, la cual amenaza con convertirse en una catastrófica avalancha. En efecto, entre el año 2000 y el 2019, en apenas veinte años, la deuda pública de nuestro país se elevó de B/6,944 millones a 28,013 millones, lo que significa que la misma se cuadruplicó en dicho período.

La relación deuda pública PIB, luego de elevarse hasta 61.5% en el 2005, pasó a decrecer hasta alcanzar un valor de 35% en el 2013. Sin embargo, entre este último año y el 2019 se observó un crecimiento significativo de este indicador, que lo colocó en el monto de 41.9%.

La Pandemia del COVID – 19 significó un enorme salto en el endeudamiento público de nuestro país. Fue así que durante el 2020 la deuda pública se elevó en más de B/.5.5 miles de millones. La enorme caída del PIB (-17.9%), llevó a que la relación deuda pública – PIB se colocara en 63.5%, nivel sin precedente en los últimos 21 años.

Dada la importancia de estos hechos, resulta necesario que la ciudadanía comprenda tanto el significado como el origen de la problemática. Esto lleva establecer las causas del creciente endeudamiento.

Es de interés señalar que de la mecánica de la deuda pública panameña, implica una dura realidad: en una importante medida nos hemos estado endeudando para pagar los   intereses de la deuda. Se trata de una difícil situación que conlleva una herencia que, junto al desempleo, la informalidad y la degradación ambiental, resulta sumamente negativa para las futuras generaciones de panameños y panameñas.

Para demostrar lo anterior se debe recurrir al concepto de Balance Primario. Este, que puede ser positivo (superávit) o negativo (déficit), se define como la diferencia entre los ingresos totales del sector público no financiero (SNF) y el total de sus gastos excluyendo los intereses sobre la deuda. Si este resulta cero, todavía la deuda debería crecer para pagar los intereses, si es negativo la deuda se acrecentaría para cubrir los otros gastos del gobierno no cubiertos por sus ingresos y la totalidad de los intereses.

En promedio entre el 2013 y el 2019 el Balance Primario fue negativo, alcanzando un promedio negativo de 0.7% del PIB. Si se tiene en cuenta que el Balance Total de SPNF, que si incluye los intereses, mostró en ese período un promedio de 2.03% del PIB, se puede concluir que en promedio en ese período anualmente se tuvieron que financiar intereses de la deuda por medio de un endeudamiento equivalente al 1.46% del PIB.

Cabe preguntarse si ese endeudamiento fue necesario. La respuesta es negativa. En primer lugar, el mismo no se puede referir, como algunos pretenden a los gastos sociales, ya que Panamá, que es calificado como un país de altos ingresos, los mismos representan una porción del PIB inferior al promedio de América Latina.

Pese a que los sectores económicamente dominantes y sus voceros nunca toman en cuenta este problema, es importante señalar que Panamá muestra la segunda carga impositiva más baja de América Latina. Esto en la práctica significa que en nuestro país solo las clases medias y los sectores trabajadores pagan impuestos.

A esto se le suman tres acciones vinculadas con los sectores económicos y políticos dominantes que afectan los ingresos y posibilidades del Estado por un monto equivalente al 15.0% del PIB: la evasión fiscal del sector corporativo (8.3%); la corrupción (4.0%); el mal uso de la renta que la ACP entrega al Gobierno Central (2.7%).

En pocas palabras la crisis de la deuda se origina en el modelo socioeconómico impuesto por los sectores dominantes del país. Cambiarlo es una urgencia nacional.

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