Nos someten a ver y leer temas baladíes, mientras que discurren en el país hechos dramáticos de corrupción al igual que actos importantes de la sociedad que pasan invisibilizados en los grandes medios.
Afortunadamente, en auxilio del derecho a la información, medios alternativos están creciendo cada día y ocupando el lugar de la imparcialidad, la independencia y el compromiso profundo con el interés nacional por encima de beneficios u ofrecimientos de empresas que nos roban nuestro patrimonio.
En estos tiempos, la transparencia que, algunos prefieren evitarla, para encubrir sus andanzas, ha devenido en un valor importante y fundamental que genera credibilidad y gobernabilidad, así que fuerzas oscuras apuestan al control de los medios por medio del presupuesto de publicidad estatal, comprando silencio, alejándose de preceptos morales del mayor valor, pretenden encubrir, en un manto oscuro, lo que la sensatez aconseja que sea revelado a la plena luz del día.
Esperemos que pueda más la sensatez que la necedad.
¡Así de sencilla es la cosa!
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