En democracia, una de verdad, procura que la gobernanza, se sustente en recursos como la participación social, en una relación de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba, que priorice la persuasión y el diálogo. Resistirse usar la represión contra el pueblo.
Gobiernos autoritarios, siempre son fuente de confrontación, de desasosiego y desequilibrios.
Gobiernos de derecha, difícilmente auguran o promueven ambiente y escenario de democracia real.
Estos gobiernos, hacen suyo, la máxima de que mandan y el resto del país obedece. Resumen esta posición, en una democracia del voto y después de ese ejercicio, la ciudadanía viene a menos. Una especie de relación de servidumbre.
Para la ciudadanía y el pueblo, eso es inaceptable.
Desde las perspectivas arriba señalada, el futuro se presenta incierto, en tanto que la mayor parte de los proyectos políticos, se definen como opciones de derecha y neoliberal.
Juegan a continuar con el mismo modelo de economía, que tiene a la nación, a los panameños, navegando en un mar picado priorizando los intereses de los que reniegan del concepto de nación y patria, en tanto sirven a las élites del poder económico y empresas transnacionales. Sin embargo, no todo está perdido.
Unos que otros candidatos ofrecen un proyecto diametralmente opuesto, como son los casos del lic. Martín Torrijos y en menor escala, Zulay Rodríguez y la profesora Gordón.
Entre lo que proponen los candidatos de la derecha, de los clanes de la oligarquía y lo que proponen los candidatos mencionados, hay diferencia de fondo.
Torrijos ofrece una real y verdadera democratización de la sociedad y del estado. Prioriza el diálogo con la población. En sus discursos ha planteado, relativizar y mediatizar el poder de los oligopolios, monopolios de cara a reducir sus influencias en el estado. Mas importante, es consciente, que los problemas que tienen al país, para enfrentarlos se va a requerir, un escenario de unidad nacional.
Lo reitero, un triunfo de las alternativas de derecha, dará curso a una gobernanza de naturaleza autoritaria y sobre todo antidemocrática.
A pesar de lo anterior, el pueblo debe tener claro, que no endosa un cheque a cambio de nada.
El próximo gobierno, estará bajo una especie de fiscalización, de tal suerte que, el recurso de la lucha social y movilización, serán la única garantía de construcción de un escenario de equilibrio, donde se priorice el bien común.
Me adelanto, un ambiente de confrontación, solo será responsabilidad de las élites y clanes de la oligarquía.
Los pueblos siempre juegan a defenderse y también a luchar por una existencia decorosa.