EL DESGARRADOR DESTINO DE LA COMISION DE SALARIOS MINIMOS

Lic. Víctor Collado S.

Los Entornos De La Comisión.

Hablando de salarios para los trabajadores, hay que partir de la naturaleza del gobierno que, por confesión y convicción, se declaró empresarial al que sólo le interesa la empresa privada y nadie más.
No es extraño, por eso, que el Mitradel, en su errático papel de mediador, haya dicho, según su máxima vocera, que se debe considerar «dar algo de aumento a los trabajadores» partiendo de la manida premisa que el análisis debe partir de la realidad del país sin mencionar que tienen prioridad los miles de obreros/as que conviven en gravísimas condiciones socio-económicas.
Los empresarios, perdiéndole el respeto a la distancia y sin ahorro de palabras, marcaron su posición, a través de sus organismos más locuaces, poniendo por delante la situación financiera de Pmá, la informalidad laboral y otros etcéteras, soltando la idea que hubiera sido preferible posponer las consideraciones sobre este tema para otra fecha más adecuado en función, obviamente, de sus apetencias por la acumulación de riquezas.
Por lo que toca al sector socio-laboral, el gobierno se adelantó al imponer una desbandada entre sus organizaciones representativas lo que siguió con la toma en seco de CONATO para garantía de la fluidez en las deliberaciones de la Comisión de Salarios Mínimos y asegurar que la revisión de los salarios fluya y finiquite acorde con sus proyectos. La presencia que se permitirá de voces disidentes entre los trabajadores, le vendrá bien al Ejecutivo para los propósitos de su mercadotecnia política y sabiendo que ese riego será controlable y que podrá, con la anuencia de sus aliados, dominar o torcer el rumbo de los debates las veces que lo estime necesario y prudente.
Ahora bien, la composición de los actores citados para la revisión de los salarios mínimos y el diseño bajo el cual funcionarán, no vaticina, en modo alguno, sobresaltos inesperados que puedan preocupar al gobierno ni al sector privado. En todo caso, no habrá modo de evitar la fogosa pirotecnia verbal, las estadísticas a colores, las cifras matizadas y la frivolidad de las noticias premonitoras, las alimentadas con un conformismo inventado, las de frágil realidad y las de abultado cinismo.

La Singularidad Del Contenido.

Dicho lo anterior e impulsado por la crudeza de los hechos objetivos, el contenido que se hará consignar en el próximo Decreto de Salarios Mínimos a partir de enero 2026, pese a cualquier esfuerzo en contrario, no estarán matriculados en el afán de concretar una justicia social ni estarán destinados para reducir la pobreza, la perversa distribución de la riqueza nacional, y menos tenderán a garantizar una vida decente y digna, como lo vocea y patrocina la OIT.
El decaído concepto de «salarios mínimos» sugiere un monto salarial ínfimo y ridículo, esclavizado para estar por debajo del nivel de las necesidades populares, pese a que esas exigencias son las guías que deben orientar las revisiones de estas remuneraciones.
Desde esta perspectiva, el nombre de Salarios Mínimos debiera ser reemplazado por el de Salarios Decentes para que el monto que se establezca tenga un contenido de justicia distributiva inmediata, real y efectiva.
Por ahora las discusiones sobre Salarios Mínimos serán, para el sr. Mulino y su grupo de adláteres, el escenario imaginado para el auto-aplauso y el derroche de abrumadores intentos para compensar las sonadas arrogancias del Jefe del Ejecutivo.
Pero con más importancia para el sector social y sindical, la Comisión de Salarios Mínimos se convertirá en una prueba idónea para empezar a examinar el porqué y para qué el gobierno se tomó al CONATO, descartando el presuntuoso proyecto inicial que se venía difundiendo con el aparatoso nombre de «Coordinadora Nacional Democrática Sindical» (Conadesi).
El apoderamiento del único organismo democrático consultivo de trabajadores, con origen legal, fue tan descaradamente tosco que no pudo coronarse por la impronta de un golpe del azar; se alli resulta, absolutamente lógico y factible, atribuirle a esa treta inmotivada costes innombrables de todo tipo pero seguramente cuantificables.
De acuerdo al evangelista Mateo y sin que sea estrictamente necesario determinarlo por el momento, sobre quién tiene y dónde está la razón, lo irrefutable es que se llegará a conocer el lugar exacto que la historia le asignará a cada quien porque por «sus frutos los conocereís».