
Por : Ramiro Guerra.
Jurista, escritor Y Cientista Político.
El discurso de la corrupción, en poder de élites del poder económico (La oligarquía)
No se necesita hilar a fondo, para auscultar que, la retórica anti corrupción de esta gente da cuenta de un discurso falsario.
En nuestro país, el asalto a las finanzas públicas, asciende a sumas multimillonaria y se conjetura que asciende a 10 mil millones.
Una de la vías para esa expropiación, fueron la contratación con el estado, por sumas infladas y el soborno que mediaba las contrataciones.
Para que se de ese delito, tienen que haber varios sujetos. El funcionario y el empresario que accede a semejante maleantería.
Seguramente, si la justicia galopara como el Cid campeador, cientos de empresarios estarían presos al igual que políticos – funcionarios, porque son dos caras de la misma moneda.
A pesar de lo anterior, organizaciones como la Conep, Apede, Cámara de comercio, clubes cívicos (y otras), pasan agachados y peor se presentan como adalides de la lucha contra la corrupción, cuando son verdaderamente, autores y encubridores.
Corruptos y corruptores, van de la mano como autores del robo y asalto al estado y al pueblo panameño en lo que ha constituido un latrocinio de dimensión histórica.
Siempre lo he denunciado, en nuestro país, por arte de magia, políticos y funcionarios pobres, se convierten en millonarios. Lo anterior aplica a todo clase de empresarios y funcionarios.
Hay verdades irrefutables. La suma de dinero en concepto de sobre costos más la evasión, evicción fiscal y deuda a instituciones como la caja de seguro social, nos llevan a dos conclusiones: 1. El capitalismo y sus clases criollas, son responsable de ese flagelo de la corrupción. Se confirma la tesis de que el capitalismo, en su matriz, lleva intrínsecamente en su seno, el engendro de la corrupción. Son actores principales de esa perversión que ha corroído a la sociedad. 2. Emulan lo que fue la acumulación de capital, sirviéndose del estado, como palanca. (La acumulación originaria de capital en Latino América.)
El cinismo lo retrata, cuando se apropian con alevosía y cálculo del discurso de la anticorrupción.
Como si lo anterior fuera poco, también se sirven del discurso mitómano, para lograr objetivos de enriquecimiento. Ejemplo, el tema del proyecto de ley 163 de la caja de seguro social. Mentiras y mentiras, dirigidas a manipular, extorsionar a la población, de cara a imponer, esa criatura del diablo, que de aprobarse, traerá más empobrecimiento de la población
Ojalá los diputados no se presten para esa estrategia diabólica de perjudicar a la mujeres, la juventud, imponiendo pensiones de hambre con medidas paramétricas.
La moral oligarca es sinónimo de robo, egoísmo, extremadamente individualista, mercantilista al extremo y antinacional. Sinónimo de subdesarrollo y de reparto desigual. Perversa y miserable.
Luchar contra este régimen oprobioso, de ejercicio del poder salvaje neoliberal, resulta una cuestión de principio y un deber patrio de alto contenido democrático.