El ARTE DE LA POLÍTICA Y EL BOXEO.   

Por: Ramiro Guerra Abogado y Cientista Político.

   Escribía Carl Clausewitz, que la política es la guerra por otros medios (agrego pacíficos). También se dice que la política es un arte de sumar (aliados) en causas y propósitos.

Antonio Gransci, escribió bastante sobre el concepto de guerra de posiciones, la ofensiva y la defensiva en la lucha político social.

Aunque parezca no guardar ninguna relación, los buenos boxeadores, aprenden el boxeo como un arte (obvio es un deporte). Boxeadores como lo fueron Ismael Laguna, Roberto Durán y muchos otros, desarrollaron muy bien el arte de la defensa y la ofensiva. A medida que se iba desarrollando la pelea, de la defensiva, pasaban a la ofensiva. El proceso de ir ganando posiciones en la pelea, le iba augurando la victoria. Estando peleando a la defensiva, se daban cuenta de los flancos débiles y de la fortaleza del adversario (si tenía una pegada fuerte o no). Esto como un paso para pasar el terreno de la ofensiva. Tomar la iniciativa hacia adelante.

En política ocurre algo parecido. La defensiva para repeler ataques de los adversarios; como se dice, estar a la defensiva. Pero no siempre es conveniente ni táctico, estar sujeto a recibir golpes y no hacer nada (políticamente hablando). A veces es necesario para saber lo que de fuerza y recursos tiene el adversario; pero quedarse en esa posición, le puede acarrear una derrota. (se da como cierto todo lo que dice el adversario). Tiene que tener conciencia que se trata de un paso táctico y de saber si se cuenta con los recursos para salir de ese estado defensivo y pasar a la ofensiva. Esta última tiene elemento de su esencia, el tener la iniciativa y saber a dónde pegar, para doblarle las rodillas al adversario.  Una combinación bien manejada de la defensa y la ofensiva, puede asegurar la victoria en estos afanes de la lucha política.