Por: Gonzalo Delgado Quintero
Iniciemos reconociendo que el gobierno finalmente se ha ubicado en el sitial que le corresponde, todavía un poquito con el oído inclinado hacia los agoreros del poder económico; pero, ahora sí, sentados en el taburete, como debió ser desde un principio. Mediando los grandes problemas nacionales. Una prueba de que son fieles de la balanza, es que el propio diálogo está cerniendo el producto preciado, el necesario, y esa criba está manteniendo en esa reunión múlti-representativa a quienes deben estar, a los imprescindibles de este momento crucial e histórico.
En esa separación por técnica de bateo (y no de béisbol) que lleva al discernimiento sobre quienes deben estar en la “Mesa Única de Diálogo”, la última presión fue para un representante del Gobierno, nos referimos al señor Carlos Motta, quien prácticamente se declaró incapaz de hacer cumplir la instrucción acordada en dicha mesa.
Ahora bien, su tarea no es cosa fácil, porque si se trata de colocar los productos rebajados en los supermercados del país, los dueños, que precisamente son parte de los grupos que han creado el problema del encarecimiento y sobreprecios elevados de las mercancías y el alto costo de vida en el país, de inmediato se opusieron a que en los anaqueles de sus respectivos supermercados se colocaran los productos rebajados por el diálogo. Que el pueblo no olvide esta parte.
Advierto que especulo, pero siento además de este aspecto del señor Motta como servidor público, que no solo es un asunto de haber chocado con este poderoso sector de los dueños de los supermercados y farmacias, sino que también él, un Motta, quizás familia, pero no del clan de los millonarios, a pesar de ello, parece ser que piensa como tal, y esa es la peor limitante, porque en el Director del IMA, entonces, se estaría conjugando la pobre personalidad del incapaz mental que ya se puso en evidencia cuando procedió a su auto lixiviación, separándose y desprendiéndose estrepitosamente de la mesa, reflejando un alto grado de frustración. Sin duda alguna tiene un techo muy bajo, ya lo demostró como diputado.
Siento que el gobierno cuida su imagen de no parecer dictatorial, pero también es cierto que debe cumplir y hacer cumplir los acuerdos y eso impone acciones rápidas dirigidas a que los supermercados cumplan igualmente, con lo acordado en el diálogo, lo que infiere y obliga, si es necesario, a colocar en sus anaqueles, neveras y vitrinas y distinguir, si es requerido, todos los productos rebajados y ser custodios eficientes de ellos. Si no lo hacen, es una acción criminal que atenta contra el más importante precepto, que es el Derecho a la Vida y por tanto, hay que castigar a quienes están cometiendo este delito con medidas ejemplares.
Reitero, es importante denunciar que los sectores del poder económico y la derecha radical, no quieren ceder y mucho menos obedecer, pero el gobierno está imponiendo, como debió ser desde muchas administraciones, en este momento el cumplimiento de los acuerdos del diálogo. Por ejemplo, la Caja de Seguro Social, ya procedió con compras de medicamentos en Colombia por muy bajos precios.
Eso es positivo; pero la pregunta al final del camino es, si realmente lo que se dice estar en el tapete de la discusión de la “Mesa Única de Diálogo” es para todos y cada uno de los que están allí, los verdaderos objetivos de su presencia en esta reunión, o simplemente este escenario es el trampolín para quienes en sus mentes les gravita la idea politiquera y electoralista del 2024 y que por tanto, de nada vale si en efecto, se consiguen objetivos importantes, cuando vemos que en los medios de comunicación y en las redes, algunos de los voceros que son parte de esa convocatoria, a pesar de que han estado presentes en todos los eventos, antes y durante el diálogo, salen declarando que el mismo es del yo con yo. Mucho cuidado con eso, porque si desde hace tiempo suficiente eres parte de las discusiones, no puedes ahora excluirte y decir que se debe haber otro diálogo.
En conclusión, así se observa, siendo que resultan peligrosas las posiciones similares de dos extremos diferentes, que se suponen radicalmente opuestos. La pregunta es: triunfa el diálogo o la politiquería electoralista, al fin y al cabo, muchos de los que están sentados en esa mesa tienen intereses electorales para el próximo torneo. De este tema trataré otra entrega, con nombres y apellidos
El autor es periodista, analista político y escritor
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