Por Ramiro Guerra M.
Estamos asistiendo a ser testigos de una perversa degradación de la política criolla. Al mejor estilo siciliano y de la antaño mafia de New York, se unen para arremeter a otro de la misma calaña. Salvo excepciones, todos son iguales, nada de ellos hace la diferencia.Lo hemos venido señalado, la partidocracia ha venido involucionando y degradándose. El desgaste es grave y terminal.
Ver a políticos atacarse de corruptos y maleantes y después darse palmadita de buenos samaritanos, raya en lo inmoral y nada ético.
Ellos son los que han aproximado al estado en uno fallido; de agotada e ineficiente institucionalidad y democracia prebendaria.
Esto tiene que acabar; el pueblo tiene que abrir la mente y los ojos.
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