José R. Acevedo C.
Soy culpable, así me confieso.
Acepto el castigo a mí impartido.
Soy un criminal, te robé ese beso.
Por el que tienes el corazón partido.
Tú me acusas, con el dedo me señalas.
Como responsable de tu corazón partido.
No me arrepiento si tengo aún tus alas
A mí atadas, y volar te han impedido.
Me condenas al exilio de tu amor.
Pena máxima que he cumplido.
En intenso frío, ausente de tu calor y con excesivo dolor.
!No te apiadas aún así¡. Mi corazón partido.
Los barrotes de esta celda, en la que me
has metido.
No impiden que te miren de lejos, ahora con mis ojos dolorosos.
Que sufren esta pena, mi corazón partido.
Y se tragan sus lágrimas y sollozos.
Piedad, tenme mejor en el olvido.
Este amor sufrido, pide tu eutanasia.
Date prisa mi corazón partido.
Pon entre los dos, distancia.
Si la muerte de este amor, trae a tu alma paz.
Apresúrate, clava la daga, te está permitido.
Deja morir este amor capaz.
Por ti inmolarse, mi corazón partido.
Tu adiós me conduce sereno al cadalso.
Ya los retazos de este amor incomprendido.
Me tienen el corazón hecho un pedazo.
Me sacrifico. Ahora solo uno, tiene el corazón partido.
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