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Las muestras, recogidas durante una semana entre marzo y mayo de 2023, evidenciaron «patrones geográficos y temporales diferenciados del consumo de drogas en las ciudades europeas». Aunque las concentraciones de distintas sustancias variaron considerablemente de un lugar a otro, en casi todas las ciudades se encontraron residuos de cocaína, MDMA, anfetamina y metanfetamina, así como de ketamina y cannabis, según el informe.
La droga se extiende por todas partes
En particular, el consumo de cocaína sigue siendo más elevado en las ciudades de Europa occidental y meridional, sobre todo en Bélgica, Países Bajos y España, aunque ha aumentado de forma generalizada. Al mismo tiempo, ciudades de Brasil, Suiza y EE.UU. muestran el mismo nivel fuera de la UE.
«Podemos observar un nivel de consumo de cocaína sin precedentes en todos los países de los que tenemos datos de mediciones a largo plazo», cita Der Tagesspiegel a João Pedro Matias, analista del OEDT. Los expertos creen que la razón de este aumento fue la reducción de los precios de los narcóticos y su mayor disponibilidad.
Los niveles más altos de anfetamina se registraron en el norte y el este de Europa, concretamente en Suecia, Bélgica, Alemania, Países Bajos y Finlandia. En cuanto a las mayores concentraciones de MDMA, se encontraron en las aguas residuales de ciudades de Bélgica, Francia, Alemania, Países Bajos y España.
De acuerdo con el último ‘Informe europeo sobre drogas’, el estupefaciente más consumido en Europa es el cannabis, que fue consumido por el 8% de los europeos de entre 15 y 64 años durante 2023. Los restos detectados en las aguas residuales indican que el consumo de esta droga fue mayor en ciudades de Europa occidental y meridional, en particular en la República Checa, España, Países Bajos y Eslovenia.