Cuando pensábamos haberlo visto todo en la Asamblea Nacional, en base a su amplio descrédito, metastásica corrupción y desgreño, el país se entera de la visita de un deshonroso grupo de diputados a Taiwán del 21 al 30 de noviembre donde figuran nombres tales como los tristes célebres: Eduardo Gaitán, Jonathan Vega, Manuel Cohen, Betserai Richard, Edwin Vergara, Julio de la Guardia, Ronald De Gracia y Yamireliz Chong, desconocemos si existen otros asistentes.
Esta visita a Taiwán trastoca por completo los parámetros y la conducción de las Relaciones Internacionales de la Cancillería panameña, porque desafía una política de rompimiento oficial con Taiwán por parte de la República de Panamá y el consecuente reconocimiento de la República Popular de China, que considera a Taiwán provincia rebelde, la cual no es reconocida como Nación o Estado en la Organización de Naciones Unidas.
La República Popular de China ha sostenido reiteradamente en múltiples foros internacionales la política de una sola China que ha sido respetada por el concierto de las Naciones en el mundo.
Este grupo insurrecto de diputados violan por completo la política internacional de Panamá y bajo el pretexto de ir a ver fábricas de semiconductores, donde ellos, no desempeñan ningún papel, ni corresponden a ninguna de sus competencias, porque eso le corresponde constitucionalmente al gobierno nacional (Ejecutivo), específicamente a los Ministerios de Trabajo, Comercio y Cancillería, van a rendir pleitesía a gobernantes que han sido objeto de críticas en el escenario mundial, más, por haberse convertido la isla de Taiwán en plataforma de agresiones de los USA en Asia, y centro geoestratégico de la política imperial estadounidense. ¿A quién le hacen el juego estos diputados? ¿Quién les paga el pasaje y los viáticos? ¿Qué línea siguen? Y, por último, ¿el Gobierno permitirá que se instaure una política exterior paralela? Al menos que el propio gobierno admita que no hay gobierno.
Panamá, es un país que a lo largo de su historia luchó por su Soberanía territorial como lo hace China, como lo hizo Vietnam, Corea, la mayoría de los países africanos y naciones de Latinoamérica. Por lo tanto, esta visita a Taiwán la catalogamos como un acto de provocación y traición al Derecho Público Internacional y plantea un hecho insólito en la política internacional de Panamá, donde diputados de bajo perfil y opaco liderazgo, se toman las relaciones internacionales de la Nación, sin que existan consecuencias.
Al respecto, solo vimos un tibio pronunciamiento del Presidente Mulino, el cual, consideramos, está dispuesto a que desafíen su mandato o hagan un cogobierno en materia internacional, solo porque necesita los votos de esos diputados para pasar sus impopulares leyes, como ocurrió con la CSS, y pretende que suceda con la MINA, las Reformas del CÓDIGO DE TRABAJO, y exabruptos como la compra súper millonaria de aviones de guerra sin que vengan ataviados, pero con un precio que tiene tufo de corrupción y el arreglo de villas diplomáticas.
Estos diputados no son ingenuos, saben que tienen presionado al gobierno con sus votos, lo que indica que aquella cacareada independencia fue un fraude más en la política panameña.
Solicitamos al Contralor de la República que verifique las cuentas bancarias de estos diputados porque no sabemos si detrás de este bochornoso viaje hubo dádivas a cambio, porque en gobierno anteriores han ocurrido escándalos donde se han perdido decenas de millones de dólares “donados” por el gobierno de Taiwán a través de su política de la “chequera” que ha salpicado con corrupción panameños y ha mantenido en la cárcel hasta expresidentes de esa isla.
Sabemos que la traición a la Patria siempre ha tenido un precio alto y solo los cobardes, aquellos que no tienen principios son capaces de vender hasta a su Madre por un puñado de lentejas.