Todos los ministros, directores o gerentes que son jubilados, deben retirarse del servicio público, pero también el presidente de la República, porque tiene 65 años de edad

Victoriano Rodríguez Santos
Se huele descontento por descomposición espontánea desde el Ejecutivo hasta las capas más pobres de la población, producto de la Circular 666 (coincidentemente el número de la bestia, según la Santa Biblia), que suscribe el director de la escuela Pedro Pablo Sánchez, de la Chorrera.
Se desprende que dicha circular debe ser instrucción directa de la ministra de educación, en perfecta armonía o directriz del presidente de la República; en consecuencia, una instrucción que debe cumplirse en plenitud y… ¡desde ya! Texto de la instrucción en la circular 666.
«De manera responsable comunico a ustedes, que se nos solicitó informar a docentes y administrativos jubilados, que por razones de salud no estén en condiciones de seguir laborando eficientemente, que den un paso a un lado; es decir que se retiren del servicio activo honrosamente.
Se les formula el llamado a que salgan del sistema educativo voluntariamente; en caso contrario se les abrirá expediente para ser separados del sistema educativo.
Corresponderá a cada administrativo y docente en las condiciones explicadas, tomar la decisión de renuncia voluntaria y no esperar la apertura de expedientes que finalicen con su separación del cargo por orden Superior.»
Totalmente Clara la Circular 666, de 6 de noviembre de 2025, por lo cual consideramos prudente, necesario y obligatorio que la medida se tome para todo el sector público desde el Ejecutivo hasta los trabajadores manuales, incluyendo las personas escogidas por elección popular (independientemente del cargo).
Importante y quizás prohibir, que ningún jubilado pueda laborar en el gobierno, porque aumenta el desempleo, contribuyendo con eso a que la población joven no pueda obtener una fuente de trabajo digna, mientras los jubilados se mantienen en cargos públicos, algunas veces improductivos y con muy altos salarios.
Valga la oportunidad para hacer un llamado a los diputados honestos, serios, responsables y transparentes a presentar, discutir y aprobar una ley que rebase ese mal criterio que en algún momento tuvo la Corte Suprema de Justicia de que los jubilados podían mantenerse en su cargo después de su jubilación.
Basaron su criterio en el derecho al trabajo, pero sus luces cortas, la miopía legal, social y humana les impidió comprender la debacle con relación al empleo de la juventud a futuro. En consecuencia, el derecho al trabajo de los jóvenes o el privilegio de los jubilados.
Debe incluir esa ley, señores diputados, que, para cualquier cargo público, inclusive los de elección popular, la persona no debe estar jubilada ni tener pensión del Estado ni de la Caja de Seguro Social. Es decir, que no puedan recibir ningún tipo de emolumento ni salario del Estado.
Este gobierno, fundamentalmente el Ejecutivo, está relleno de jubilados y que difícilmente están libres de alguna enfermedad, incluso crónica o terminal.
Implica que cada uno de estos señores jubilados según la circular emitida por el Ministerio de Educación, presumiblemente avalado por la ministra y el presidente deben salir del sistema gubernamental, pero: ¡desde ya!
La Constitución Nacional en su artículo 19 SENTENCIA que: “No habrá fueros o privilegios ni discriminación…”. El presidente, como abogado, debe someterse a la Ley y hacerla cumplir.
Todos los ministros, directores o gerentes que son jubilados, deben retirarse del servicio público, pero también el presidente de la República, porque tiene 65 años de edad y: “…Ahora ya caminas lento, como perdonando el viento.”
Hemos expresado múltiples veces que nuestras leyes son advenedizas, ambivalentes, sesgadas y permisibles. Vulneran a la población de menos recursos y benefician a los gamonales, sean del gobierno o la empresa privada.
Importante un llamado a los abogados honestos del país, que no hayan comprometido sus ilusiones al 666, a que hagan valer sus estudios de derecho, a que elaboren y presenten proyectos de ley que limiten el abuso de poder de quienes ostentan cargos públicos, en especial contra trabajadores del Estado, en cualquiera de sus niveles.
Johann Wolfgang Von Goethe (1749-1832), expresó que: «La libertad, como la vida, sólo la merece quien sabe conquistarla todos los días». Victoriano Lorenzo gritaba que: “La pelea es peleando”; y Omar Torrijos nos enseñó que: “De pie o muertos, nunca de rodillas”. De rodillas sólo ante Dios. Soy el hijo de Juana. Dios te salve Panamá.
Economista, educador, máster en Recursos Humanos.
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El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.