Un Ministerio De Trabajo, Que Ha Sido Ineficaz En Lo Que Se Refiere A La Tutela De La Libertad Sindical.

Pocos han sido, los gobiernos, que han velado por hacer valer la libertad sindical y los convenios internacionales de la OIT, verbigracia el 87 y el 98.

Hubo uno, donde los empleadores y sus abogados, se jactaban, que ellos desde afuera controlaban el ministerio de trabajo, como  fue en el gobierno del ingeniero Juan Carlos Varela.

Como se dice en el lenguaje popular, la tapa del coco, ha venido ser el actual régimen.

Línea política, dirigida a complicarle a los sindicatos su papel  como ente importante en el desenvolvimiento de la relación equilibrada entre sindicatos y empleadores.

La oligarquía, sus expresiones empresariales, son reacios a la existencia de sindicatos dentro de sus empresas.

La palabra sindicato, está prohibida; se ha llegado al punto, sobre todo los trabajadores con menos de dos años de labores, que no tienen estabilidad, afiliarse a un sindicato;  es una causal de despido.

Conozco de empresas, que han favorecidos la organización de sindicatos amarillos y evitar de esa manera, que los trabajadores estén protegido por un sindicato que luche por los intereses de sus afiliados. Todo lo anterior en abierta violación al artículo 388 del código de trabajo.

En amplios sectores del comercio y financiero( bancario) ,no se permite sindicatos.

A la hora de la contratación, uno de los requisitos, no estar en un sindicato.

Conozco de un sindicato , que a pesar de que su junta directiva, le ha solicitado  a la empresa, una reunión, esta lo rehúye y peor mantiene políticas ( campañas) de enervar la libertad sindical.

Lo anterior ocurre con el sector eléctrico del país, con ejecutivos que vienen de países donde el sindicalismo ha sido fuertemente atacado. (Colombia).

En algunas de estas empresas, donde el estado de Panamá, tiene un gran porcentaje  del paquete accionario, a estos empresarios extranjeros, que tienen la administración, les resbala lo anterior y su política laboral, es antisindical.

Señalado lo anterior, la situación apunta a seguir desmejorando; esos sectores empleadores , neoliberales, siguen empeñado en ajustes al código de trabajo.

En hora buena, la misión del sindicalismo mundial, que ha venido mutuo propio, percatarse del nivel de persecución de la cual viene siendo el movimiento sindical nacional.

Al mundo, no se le puede engañar, sobre lo que ocurre en el país.

El odio que se le tiene al movimiento sindical, tarde o más temprano que tarde, le pasará factura al régimen  de Panamá.

Se dibuja a sí mismo, como un régimen antidemocrático, cuando hace suya la política de ataques y posturas liquidacioncita de los sindicatos.