Trump intenta provocar una guerra generalizada en el Caribe.

Por: Lois Pérez Leira

La combinación de la agresiva retórica del presidente estadounidense, Donald Trump, y el significativo despliegue militar en el Caribe ha encendido las alarmas en la región, creando un polvorín que podría derivar en un conflicto militar generalizado. Estados Unidos ha justificado su presencia naval y los recientes ataques contra supuestas narcolanchas —incluso declarando un «conflicto armado» formal contra los cárteles— como una operación contra el narcotráfico. Sin embargo, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha calificado categóricamente estas acciones como una amenaza directa a la soberanía y un intento de «cambio de régimen», respondiendo con el anuncio de tener desplegados más de 5.000 misiles antiaéreos rusos Igla-S, en un mensaje desafiante que busca asegurar que Venezuela sea una «patria inexpugnable». Para complicar aún más el panorama, la reciente y drástica escalada verbal de Trump contra el gobierno de Colombia —acusando directamente al presidente Gustavo Petro de estar vinculado al narcotráfico y amenazando con suspender la ayuda— ha provocado una fuerte respuesta de Bogotá. El presidente Petro ha advertido que una intervención militar en Venezuela podría arrastrar a Colombia y a la región a un conflicto grave, comparando el posible escenario con la guerra en Siria. En este contexto de máxima tensión, donde se mezclan la presión militar, las acusaciones cruzadas de narcotráfico y las amenazas de acciones terrestres, el riesgo de un enfrentamiento armado en el Caribe se considera inminente.