El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Eduardo A. Reyes .Vargas
Los misterios dolorosos son uno de los 20 misterios reconocidos por la Iglesia católica en el rezo del Rosario.
Los dolorosos son cinco etapas de sufrimiento y dolor que padece Jesucristo hasta llegar a su transitoria muerte terrenal.
Definitivamente es un tema para los creyentes y quizás algunos agnósticos.
Nuestro pueblo desde hace muchas décadas parece ser el sujeto de dolor y angustia de lo descrito en esos misterios dolorosos.
La oración en el huerto puede ser las esperanzas pérdidas de un pueblo que ve pasar gobiernos y promesas y todo sigue igual o peor.
La flagelación son los azotes diarios que este pueblo recibe como la pobreza extrema que se sufre, los altos costos de medicamentos, y alimentos, los servicios de salud y educación en crisis, la falta de agua potable, la destrucción del ambiente, la corrupción impune, los privilegios escandalosos, etc.
Sangre tras sangre que emanan de profundas heridas ocasionada por los gobernantes a todos los niveles, con muy milagrosas excepciones.
Me refiero al servidor público honesto y que sirve a su pueblo. Y al empresario comprometido socialmente.
Corona de espina, es el dolor agudo que se siente en profundidad cuando se le ofrecen mejoras para todas esas carencias pero al final del camino no llegan y las espinas de la desilusión más profundamente enterradas hacen el dolor más agudo, intenso, e insoportable.
Nuestro pueblo llora a menudo y en silencio muchas veces.
Camino a ese crimen final , es el diario quehacer rodeado de lágrimas y angustias de un pasado y un presente lleno de mentiras y un camino a un futuro más incierto y quizás más doloroso.
Las Migajas que se proporcionan semejan la ayuda (subsidios etc.) de un poblador de Sirene, para aliviar esa carga de la cruz pesada, pero otros lo impedían e impiden en conducta de extremo egoísmo.
Hay que seguir con esa carga pesada.
Crucificarlo es ese peldaño final lleno de burla, humillación, desprecio, indolencia máxima, de parte gobernantes y otros sectores llenos de codicia de nuestra sociedad.
Pero es posible que esos ciudadanos sufridos y oprimidos por las elites políticas y económicas nacionales y extranjeras, resuciten y acaben de una vez por todas con tantas vivencias dolorosas.
Con un látigo lleno de severidad los echaran de los templos de la democracia que han irrespetado.
Puede resultar una reflexión exagerada pero pregúntenle a la población.
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