Con un apretado calendario que termina el 10/12 y encerrados en el último piso del edificio que alberga las oficinas del Mitradel, toman asiento los miembros de la Comisión de Salarios Mínimos (C.S.M.) para intentar ajustes en los montos de esos salarios en el sector privado para el período de enero 2026 al mismo mes de 2028.
El marco de referencia para el análisis debe exceder, pero sin descartar nada, los números, las corridas, estadísticas y otros detalles técnicos relacionados con el tema.
En atención a esta visión y considerando que el asunto es multifactorial, hay que considerar un contexto globalizado con elementos externos e internos a la C.S.M., que deben tenerse presente para analizar el curso de las sesiones y evaluar, al final, el resultado que se obtenga.
Veamos los elementos externos sin que sea una lista cerrada: 1. La C.S.M. no tiene facultad para decidir sobre el monto de los salarios mínimos, obviando la calidad y/o intenciones de sus miembros.
Debe limitarse a formular recomendaciones para pasarlas al Ejecutivo para la decisión final. Y la decisión del gobierno, a no dudar, será en concordancia con los intereses oficialistas-empresarios harto conocidos. 2. Ciertamente no se espera que la C.S.M. produzca un resultado que el Ejecutivo vaya o tenga que rechazar. De los 3 componentes de la Comisión, el Ejecutivo controla a sus representantes, y suma en su favor al sector patronal como asociado natural. En lo que concierne al sector de los trabajadores no se esperan cambios excepcionales, y todos son profetizables, porque para ese fin se dieron los hechos recién consumados en CONATO. 3. Contamos con un gobierno que manda pero no gobierna. Siendo alérgico al diálogo social, se explica que al sector que no convenza o no lo sume a sus planes, las autoridades lo reprimen, lo aíslan o lo desacreditan. Y por ser pro-empresarial sólo le interesan los empresarios y nadie más, para que no haya equívocos. 4. El contenido de las sesiones de la C.S.M. estarán limitadas y cercadas en función de los intereses oficialistas-empresarios.
Los elementos internos serían los que siguen: A) se asegurará un concepto de salario mínimo disociado de las necesidades del trabajador en su integralidad. Y a estos propósitos se reducirá el salario mínimo únicamente en cuanto al costo de la canasta familiar y aún en ese supuesto, no se lograra acuerdo sobre un salario con suficiente poder adquisitivo para acceder al mercado de los alimentos básicos, B) dado el carácter de la alianza oficialistas-empresarios, serán desconsiderados factores vinculados con los salarios mínimos, tales como: b-1) la baja tasa impositiva que las autoridades se abstienen de encarar, b-2) la evasión fiscal multimillonaria del sector privado que el gobierno les patrocina y no persigue, b-3) la pésima distribución de la riqueza nacional que al gobierno, con el beneplácito de la empresa privada, no le interesa corregir b-4) el desempleo desesperante que llegó a 2 dígitos, con cuyos números el gobierno bambolea y hace publicidad engañosa, b-5) la informalidad laboral, que va pareja con el desempleo, que el gobierno pretende resolver con políticas de humo, b-6) el nivel desestabilizador de la pobreza generalizada que ningún gobierno-empresarios ha tenido ni tendrá programas reales para combatirla o minimizarla, b-7) el desenfrenado endeudamiento que condiciona la inversión pública, distorsiona el crecimiento y desplaza el desarrollo lo que. A su vez, paraliza la atención y planes de desarrollo en favor de los sectores vulnerables.
No se olvide, para consumar esta Opinión, que el sistema económico que domina tiene características inexcusables: es centralizado, excluyente, anti-solidario, egoísta y privatizador, en donde los destinatarios del salario mínimo (los trabajadores) se apelotonan en la galería mientras los oficialistas-empresarios se regocijan en los palcos y las plateas.