Por: Ramiro Guerra M. Abogado y Cientista Político
Los ciudadanos y los pueblos, saben identificar el talón de Aquiles de los gobernantes. La soberbia y la vanidad, pésimo aliados de un gobernante. Cuando un gobernante pierde empatía y su capital de aceptación se ve diezmado, es difícil recuperarlo. No es imposible.La clave, reconocer que no es infalible y que el poder debe compartirse para servir democráticamente.
El líder debe ser capaz de crear y hacer cosas grandes. Otros grandes enemigos del gobernante,los aduladores y los rasputines de palacio. Cuando el gobernante está en un barco de zozobra, se pierden. Talves Omar Torrijos no leyó el Príncipe de Maquiavelo, pero hizo gala de sus máximas.
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