Juan Jované
Si bien Panamá, dado su nivel de ingreso nacional bruto por persona, es considerado por el Banco Mundial como un país de altos ingresos, esto no significa que en el mismo se haya superado la meta de cero hambre. De acuerdo a la reciente publicación de la FAO titulada “The State of Food Security and Nutrition in the World 2023”, en nuestro país existen 200,000 personas en condiciones de subnutrición. A esto se debe agregar que un número igual de mujeres en edades que van de 15 a 49 años sufren de anemia. Un problema adicional está dado por el hecho de que 500,000 habitantes adultos de nuestro país muestra sobrepeso.
El problema hacia el futuro es que el sobrecalentamiento global constituye una muy real amenaza que, de concretarse, puede generalizar y radicalizar los problemas de la alimentación en el mundo, así como en nuestro país. Se trata de un creciente problema tal como se refleja en los más recientes datos sobre el cambio climático. En un interesante artículo de José Seoane, publicado con el título “El Futuro (Colapso Ecológico) ya llegó” (2023), se llama la atención sobre el hecho de que la Organización Meteorológica Mundial ha llegado a la conclusión de que existe un 66% de probabilidad de que por lo menos en uno de los próximos cinco años la temperatura media mundial llegue a una nivel superior en 1.5 grados centígrados a la observada antes de la revolución industrial.
Es sabido que el calentamiento global tiene como consecuencia una baja en la producción de alimentos. Este llevaría a una reducción de los rendimientos de los cultivos, tanto por efecto del alza de la temperatura como por efecto de las sequias. Por su parte, la variabilidad extrema de las precipitaciones, puede conducir a que en momentos de inundaciones se beneficie el crecimiento de hierbas malignas. Es entonces fundamental la lucha por detener y revertir el proceso de calentamiento.
En el caso de Panamá un informe de la CEPAL titulado “Panamá: Efectos del Cambio Climático sobre la Agricultura, publicado en el 2010 ya llamaba la atención sobre la problemática en nuestro país. En el caso de los cultivos este documento concluía que “las altas temperaturas pueden estar ocasionando pérdidas en el sector agrícola, acrecentándose considerablemente en el futuro” (p. 35). En relación a la cantidad de precipitaciones el informe afirma que: “las proyecciones climáticas indican gran variabilidad afectando directamente la producción” (p. 35).
La problemática que el calentamiento global puede generar sobre la disponibilidad de alimentos en nuestro país no se limita al impacto sobre la producción interna. Ello es a causa de la alta dependencia que tenemos de las importaciones de alimentos. Esto se refleja en el hecho de que, en el 2019, último año para el que contamos con cifras, Panamá mostró un déficit entre la exportación e importaciones de alimentos equivalente a B/. 2,857.0 millones. Panamá es el país con el mayor déficit en el abastecimiento de productos alimenticios. Todo esto significa que en la medida que el calentamiento afecte negativamente la producción de alimentos a nivel global, tendremos que enfrentar una situación de mayor desabastecimiento y de elevación de precios, que, obviamente, afectaría principalmente a los más vulnerables.
A fin de enfrentar el calentamiento resulta indispensable, tanto a nivel global como a nivel local, no solo promover los cambios en la estructura socioeconómica que detenga y revierta el cambio climático. También es necesario un cambio profundo en el modelo agroalimentario actual, el cual, por su forma tecnológica, está promoviendo el cambio climático, ya que el mismo es el responsable de cerca del 10.3% de la emisión global de gases invernadero. El futuro está en la agroecología.
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