El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Floreal R. Garrido V.
Diplomático de Panamá en Haití (2007-2008: Encargado de Asuntos Consulares; 2010-2013: Consejero Comercial, Encargado de Negocios.
Ahora se dará inicio a un nuevo calvario para el pueblo haitiano: la elección del sucesor de Juvenel Moise. Los intereses particulares, el inconformismo social, la pobreza e insalubridad galopantes del pueblo serán el colofón de una lucha partidista.
Si la elección de Michel Martelly (2011-2016) antecesor de Moise, se debió a su popularidad artística apoyada por el nulo trabajo del presidente René Preval (1996-2001) luego del terremoto del 2010, ¿quién será el hombre que en estas circunstancias trate de asumir el Poder en la Isla?
No creo que, a pesar de la presencia norteamericana en la economía y política de Haití, se vaya a repetir la invasión de 1915, excusada por el magnicidio del entonces presidente Jean Vilbrun Guillaume Sam (marzo-julio de 1915).
Haití se encuentra en una grave situación administrativa: un jefe de Gobierno en interinidad y las Cámaras en cese. Moise se arrogó bajo esas circunstancias el Poder de gobernar por Decreto, al no mediar la Corte de Casación. Todo esto, más su impertinencia de reformar la Constitución, obsoleta en mucho, y su afán de perpetuarse, fueron el epítome para su violenta muerte por 12 disparos.
La historia de magnicidios en la Isla da comienzo con el asesinato del Emperador Jean Jacques Dessalines (1806), atravesando por la división del país, los golpes de Estado, las atroces dictaduras de Papa y Baby Doc. Solo René Preval, gracias a los errores de Aristide (1991), le sucede y logra ejercer su mandato a término, siguiéndole Martelly y éste, Moise, que prolongó su mandato ya legalmente fenecido.
Muchos gobernantes del mundo han expresado su rechazo a este asesinato, pero todo dentro de la retórica política.
Haití continuará siendo Haití, y cargará con el peso de su destino sobre sus hombros, tal como le escribió el esclavo Philipeau a su propietaria Madame de Mauger, en 1784, «Vuestro malestar, es que yo sea negro». «Yo soy negro; ésta es mi sola falta». América toda es mucho lo que debe y continúa debiendo a esos negros, «Vengadores del Nuevo Mundo».
Creo que es necesario revisar con cuidado lo que se dio en Haití porque desde el derrocamiento de Jean B. Aristide a principios de la década de 1990, Haití ha sido intervenido militarmente en dos ocasiones por una fuerza multilateral externa encabezada por EEUU en 1994 y 2004.
Lo que trato de decir es que la condición de Haití como estado tutelado es una de las causas de su profusa inestabilidad política. Panamá es un estado tutelado desde la invasión de 1989 y debemos ponerle atención a la evolución haitiana.
