El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por Ramiro Guerra M.
Abogado y cientista político.
Diciembre de 2022.
En la década de los noventa del siglo pasado, Francis Fukuyama, su libro el fin de la historia y el fin de las luchas ideológicas, sedujo a intelectuales y hasta profesores universitarios, al punto que repetían como loros tal postura nada científica y para las ciencias sociales, un absurdo.
Fukuyama canceló las ideologías y escribió que la historia, como lucha ideológica, había llegado a su fin y la cruz de su muerte lo fue la democracia liberal, que llegó a constituirse como la última etapa del devenir histórico.
Y en consecuencia, a partir de este cierre de la historia y las ideologías, nada más que hablar y escribir. Mientras exista el hombre, la lucha entre clases sociales, las ideologías existirán.
El ser humano por naturaleza es ideológico. Y eso que la democracia liberal, concluyó fatalmente la muerte de la historia y las ideologías; la ignorancia o no, de este autor, le impidió entender que, su afirmación era pura ideología al servicio de las élites de poder en el planeta.
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