Por: Ramiro Guerra.
Jurista, Escritor Y Cientista Político.
Trágico para una nación, ser gobernada por un régimen político, cuya fuente de representación y legitimidad, formal, fue muy pobre y baja.
Pero mas grave aún, cuya legitimidad social, post evento electoral, es demasiada espuria; es decir, el pueblo, los ciudadanos, perciben y sienten, que el régimen no los representa, menos Inter locuta.
Lo anterior no es cualquier cosa; trasciende hacia una democracia igual de espuria y nada representativa. Peor, abre grandes avenidas, para la entronización de regímenes políticos que, dado ese carácter de soledad y aislamiento socio popular y democrático, se entregan a las élites del poder económico, sobre todo oligarca. Nuestro Panamá desafortunadamente atraviesa por un periodo político, que constituye una fotografía de la relaciones y caracterización descrita.
Lo anterior, traza escenarios, donde la variable lucha social, se constituye el bregar diario, cuyos actores procuran redefinir correlaciones sociales, de tal suerte que, se abran avenidas de real alcance democrático. Sobre todo frente a un poder, régimen político, que se atrinchera en una hegemonía cultural y de fuerza, gracias a que dispone de los medios e instrumentos que hacen viable la reproducción del sistema y sus falacias de cuyo antidemocrático.
Construir nuevas correlaciones de calidad, progresismo social, es la tarea de la clase popular y democrática. Eso es ineludible y tarea de todos los días.
El periodo político por la que atraviesa la nación, imposible implementar una economía de carácter humano y sostenible. LOS POBRES Y LA CLASE TRABAJADORA, NO SON PRIORIDAD.
Como se dice en la ciencia sociales. No existe lo estático ni el reposo de la materia; ésta siempre está en movimiento contradictoriamente. Y las crisis, como el topo, mas temprano que tarde pondrán en escena una real democracia.
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El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.