Al oído de Mulino y del mundo

Victoriano Rodríguez Santos

Bueno, al parecer, el chiricano presidente de Panamá se ha puesto los pantalones largos. Así se usan y amarran los pantalones en nuestra tierra.

Imposible continuar dejándose amedrentar de extraños que en nuestro territorio nos amenazan. ¡Eso no puede ser!

Imposible que una empleada del gobierno gringo exprese que se le quitará la VISA a nuestros nacionales como si los panameños fuéramos propiedad o esclavos del imperio. Eso fue en su época, en su momento y en su territorio.

En Panamá, siempre hemos tenido la hidalguía de luchar por nuestra libertad y soberanía. Tenemos la vivencia de Bayano liderando a los Cimarrones, (que eran esclavos africanos fugados de sus amos, españoles, estableciendo comunidades libres y autónomas llamadas palenques).

Urraca (cacique Ngäbe), Victoriano Lorenzo (Ngäbe), Nele Kantule (Kuna) y Omar Torrijos Herrera (quien valerosamente lideró y logró un insipiente desarrollo económico, -estancado por los gobiernos oligárquicos anteriores- y promovió la educación, razón por la cual hoy más del 70% de los profesionales le debemos -directa o indirectamente- nuestro nivel profesional), entre tantos otros líderes.

Hoy somos libres y soberanos. Y como decía Chinchorro Carles, desde la Contraloría, al entonces presidente Endara, “Tu mandas allá y yo mando acá”.

Interesante la postura del presidente Mulino, que no debe quedarse en palabras de simple protesta. Tiene que erguirse cual indica nuestro laureado poeta Santiago Anguizola Delgado en su primera estrofa del poema «Soy chiricano».

«De junquillo flexible mi sombrero, //camisa holgada de cotín listado, //pantalones de dril fuerte y tostado, //grueso calzado y cinturón de cuero».

Señor presidente Mulino, aquí solo queda el camino de la dignidad. Si los panameños tenemos que sacar visa para visitar los Estados Unidos corresponde a Panamá exigirle visa a toda persona de Estados Unidos que, independientemente la razón, tenga que pisar suelo panameño. Eso es reciprocidad. Hágala cumplir.

Presidente: Si ya se puso usted los pantalones largos, hágalos valer. Panamá necesita un presidente que se de a respetar en cualquier país del mundo y ante cualquier potencia o imperio. No contra los humildes panameños. Soy el hijo de Juana. Dios te salve, Panamá.

Economista educador y máster en Recursos Humanos.

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