
Victoriano Rodríguez Santos
Significante similitud entre las leyes panameñas y los perros callejeros. Sólo muerden al pobre, al descalzo, al descamisado, al que trabaja por hambre, al hijo de Juana.
La impunidad prevalece. El sistema de justicia está colapsado. No existe certeza de castigo. Hay una aparente mediocridad mental de quienes dirigen algunas instituciones. La fetidez se siente como de rata putrefacta ¡se siente desde muy lejos!
La voluntad popular está diezmada producto de la corrupción rampante, dentro de algunos conglomerados políticos. Se percibe el amartillar de armas de fuego contra el pecho de personas honestas, pretendiendo silenciar su forma de pensar y expresarse, pero hemos tomado conciencia. Algo que no le perdonaran al líder Omar Torrijos Herrera.
Vivimos en un País donde las bombas lacrimógenas y el gas pimienta se sienten hasta en las montañas, donde ni siquiera hay cierre de calles. Los usan para acallar la honesta voz de la gente pobre, pero no se percibe de la misma forma el brazo de la justicia contra quienes desfalcan al Estado y se enriquecen ilícitamente.
En Panamá, la ley no se aplica a todos de la misma forma, se percibe que hay fuero, privilegios para los potentados y discriminación hacia la gente pobre. Prerrogativas para políticos, empresarios, millonarios, corruptos y otros privilegiados con el sesgo de la ley y gas pimienta, bombas lacrimógenas y torturas para docentes, sindicalistas y la población consciente (caso Bocas, Veraguas, Chiriquí, Darién, Los Santos y otras provincias).
Se pretende callar a la población a través de la policía, con armas. La disminución del presupuesto a las instituciones, incluso las educativas, caso Instituto Técnico Superior Especializado (ITSE).
Nos quieren ignorantes y estúpidos. Han llegado a tanto que impiden traslados internos de partidas presupuestarias, para cumplir responsabilidades (caso de la Universidad de Panamá y otras instituciones). Quieren cercenar la educación del pueblo. Nos quieren imbéciles.
El honor y la dignidad no están dimensionados por el tamaño, el poder ni el dinero, mas bien por la acción, amor a su Patria y la defensa de la misma.
Muchos medios de comunicación (vendidos o comprometidos, producto de cuñas o propagandas, más que publicidad), sitian hasta el alma de sus empleados que, quizás por necesidad, hambre o servilismo se prestan e informan al público lo que quienes gobiernan quieren hacer saber. ¡Panamá vale más sin minería!
Estamos viviendo las postrimerías de un Estado fallido, producto de la falta de voluntad ciudadana al permitir que quienes menosprecian a la población, inclusive a profesionales, periodistas y otros, se crezcan, creyéndose dueños de la verdad y de la nación.
Bien lo describe Mateo 15:14 donde expresa: “Dejadlos. Guías ciegos es lo que son. Si, pues, un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en el hoyo.” Lo preocupante es que, como analogía, los otros ciegos sería la población panameña. ¡Que desgracia! Eso no lo podemos permitir. Soy el hijo de Juana. Dios te salve, Panamá.
Economista, educador, máster en Recursos Humanos
9 Hay varios Likes:) Gracias...
El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.