No Hay Claridad A Dónde (a Que Puerto) Se Dirige El Barco De La Nación.
Por: Ramiro Guerra. Jurista, Escritor Y Cientista Político.
Mucho cuento, pero no hay claridad a que puerto llegar y la nación, con un pilotaje improvisando brújulas.
En lo que concierne al desarrollo humano progresista, el mismo se encuentra en cuidados intensivos en tanto que, la cura, ha quedado en poder de los que se definen por medidas neoliberales, donde el sujeto o los sujetos colectivos no cuentan y peor, postergando la deuda social. Igualmente recortes a lo institucional que tienen que ver con la ejecución de programas de servicios de salud y educación.
Esto último representa un salto hacia atrás, en lo que se refiere a calidad de vida humana y social.
Una institución educativa, cuyo presupuesto era de 75 millones, quedó en 21 millones. Un recorte salvaje. Igual ha ocurrido con las universidades públicas y como lo han advertido rectores, miles de estudiantes se quedaran por fuera de la educación superior universitaria. Un tanto similar, ha ocurrido con la salud.
Con anticipación ya lo había advertido, la agenda de gobierno, se centraría en lo que las IFIS: Banco Mundial, BID, FMI, CALIFICADORAS DE RIESGOS Y EL DENOMINADO CONSENSO DE WASHINGTON, ya venían programando.
Resultaba obvio, que con esa deuda de más de 57 mil millones, el país iba a ser puesto contra la pared y su capacidad de autodeterminación, independencia y soberanía, sería afectada y sometida.
La realidad descrita hoy se traduce en una democracia menoscabada y en un estado de derecho porquería.
En un medio así, no hay lugar a trasparentar la vida pública y tampoco la privada.
Lo anterior, agravado por la política feroz de los Estados Unidos, Monroista, de someter la patria.
Contradictoriamente, pedimos al mundo que se adhirieran al tratado de neutralidad permanente del Canal pero, a lo interno y simultáneamente, el país sujeto a dictámenes de USA, se presta para violar activamente esa neutralidad.
La ruta hacia una nación digna e integra, es tortuosa.
La gobernabilidad tiene que dirigirse hacia cambios de calidad, de progresismo social y nacional. No se ven cambios en esa dirección. Todo lo contrario, vamos en dirección opuesta o en reversa.