Seguramente los que pagaron y pagan coimas, a funcionarios y políticos, para enriquecerse brutalmente. ¿Los sobrecostos en obras multimillonarias? ¿Quién gana y quién pierde? Son dineros que pertenecen a todos los panameños. ¿Se señala que la evasión en lo relativo al pago de los impuestos, asciende a más de 7 mil millones? No es Pedro y Juan, que viven en base a un salario mínimo, los que por esa vía, le roban al estado.
Esa multimillonaria deuda al estado, es obra del poder económico. ¿Quienes han sido, los que han causado un terrible daño a la caja de seguro social, por evadir, no transferir o no declarar los reales salarios a dicha institución. O sencillamente no reportar las cuotas al seguro social.
En otras ocasiones, he denunciado, como de la noche a la mañana, personas, entre ellos políticos y funcionarios de nivel, se han vuelto millonarios.
Siempre he escrito, que el peso de la carga de la corrupción, es endosable a una clase empresarial que, históricamente han multiplicado su patrimonio desde la influencia y control que tienen sobre el estado (la acumulación originaria de capital, en Latinoamericana, tiene su origen en esta patología).
Los corruptos manejan muy eficiente el discurso de la corrupción en el sentido que han hecho suyo ese discurso, para lavarse sus caras.
La corrupción es una característica natural del bloque de la oligarquía. Desde que nos hicimos república, desde el estado palanquearon sus riquezas.
Cuando se aborda esta realidad, esta oligarquía, recurre a ideologizar estas denuncias, con el argumento de es la izquierda que maneja un discurso antisistema.
Por lo arriba señalado, he insistido, que uno de los objetivos de una verdadera democracia y un estado de derecho, pasa por desenmascarar a estos maleantes y delincuentes de cuello blanco y con ropaje de ricos empresarios y políticos.
Ahora bien, como puede un estado ser democráticos, cuando hoy tienen el control sobre el mismo.